CHATEAU D'USSE

Se alza majestuoso, dominando el Indre y su exuberante paisaje verde, y es un lugar ideal para hacer fotos nada más llegar. El castillo es un edificio atípico, construido entre los siglos ^XV y ^XVII. Primero fue un castillo fortificado con su torre del homenaje ^{del siglo XV}, su antiguo puente levadizo y su fachada militar; después, un castillo de estilo renacentista con sus tres edificios principales, que eran a la vez góticos, renacentistas y clásicos Finalmente, se transformó en residencia de recreo. En el siglo ^XVII, Ussé tomó la forma que conocemos hoy, con la construcción del pabellón y la capilla, y la valorización de los jardines formales diseñados por Le Nôtre y las terrazas proyectadas por Vauban. Una residencia en la que Chateaubriand se alojaba a menudo. A él se debe el magnífico cedro libanés que se alza orgulloso entre la capilla y el castillo.
Pero es a otra figura literaria a quien el castillo debe su renombre mundial. Cuenta la leyenda que el escritor Charles Perrault, inspirado por el romanticismo de Ussé, escribió aquí su cuento de la Bella Durmiente. Redescubra la historia de la joven y su príncipe azul a través de los personajes a tamaño real escenificados en las distintas salas del castillo: de Aurora al hada Carabosse, sin olvidar las hadas. Es una forma divertida de explorar el castillo que encantará a los niños
Desde la Edad Media hasta nuestros días, el castillo ha sido propiedad de una sucesión de familias, cada una de las cuales ha dejado su propia huella. Ahora son el duque de Blacas y su familia quienes le dan la bienvenida a su casa familiar desde hace más de dos siglos. El hecho de que el castillo esté habitado hace que esté especialmente bien conservado y ricamente amueblado. En la actualidad, la casa alberga preciosas obras de arte: muebles firmados, pinturas de maestros, así como una colección de tapices ^{del siglo XVII}, basados en cartones de Teniers, que representan escenas rurales de la vida popular. Las huellas del pasado, como la majestuosa Gran Escalera, se han conservado magníficamente. La elegancia y el esplendor culminan en la Cámara del Rey. Esta sala ha visto pasar por sus puertas a grandes personajes, desde Luis XIV hasta Haile Selassie, emperador de Etiopía. En las bodegas, un docu-drama explica cómo se vendimiaba y se elaboraba el vino antaño. Y no se pierda la capilla, con sus hermosas vidrieras, ni las caballerizas, con su colección de coches de caballos y finas guarniciones.
Los jóvenes visitantes pueden adentrarse en la leyenda con esta insólita búsqueda del tesoro titulada "Entre relatos y cuentos de hadas"

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