EL CASTILLO DE RIVAU Y SUS JARDINES DE CUENTO DE HADAS
Un castillo medieval con una fortaleza medieval, caballerizas reales renacentistas, parque y jardines temáticos.
Le Rivau es la escapada familiar perfecta. A sólo diez minutos de Chinon, el Château du Rivau ofrece una forma animada de visitar los castillos del Loira, con una museografía original, jardines lúdicos clasificados como "Jardines notables" y un recorrido audiovisual por las caballerizas reales. Con sus catorce jardines excepcionales (catalogados como Conservatoire de la rose parfumée), donde las obras de arte salpican de humor la visita, este castillo es un excelente destino familiar. El edificio, que ha sufrido muy pocas reformas, es un castillo excepcional, rodeado por un foso seco y piedra toba. El interior es igual de majestuoso: amplias salas de arquitectura gótica y paredes adornadas con óleos del Renacimiento. Es un castillo que combina a la perfección autenticidad y refinamiento. Podrá cenar en la Table des Fées (restaurante locavore) o en la mesa del chef, en el corazón del castillo, donde le preparará cocina gourmet con productos de la huerta. Por la noche, el castillo abre sus puertas para tres veladas Apé'Rivau de música y convivencia. Le Rivau también dispone de habitaciones donde podrá disfrutar de la vida de un castillo, combinando autenticidad y comodidades modernas. Fiestas de la rosa, justas ecuestres, fiestas de la calabaza... Numerosos acontecimientos jalonan el año en el castillo. Le recomendamos encarecidamente que visite esta elegante dirección
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Guide expérimentée
Avons tenté le déjeuner sur place, pas concluant?
No séc. XV, o Reino da França estava em pleno conflito com os ingleses durante a Guerra dos Cem Anos. Uma de suas personagens famosas é Joana d'Arc. Depois de reconhecer o delfim em Chinon em 1427, ela viajou pela França para alcançar diversos cercos. Conhecendo a reputação dos seus corcéis, Joana d'Arc parou em Rivau e veio procurar cavalos de combate em 1429 antes de se juntar ao cerco de Orléans.
O Château du Rivau é uma fortaleza medieval e um castelo renascentista.
Fortaleza no exterior com a sua torre de menagem, o seu fosso, a sua ponte levadiça (em funcionamento) e o seu passadiço, o castelo é também um castelo de recreio. Desde a entrada – encimada pelo brasão da família Beauvau e pelo seu lema “Beauvau sans dédér” – o visitante sobe a escada em caracol onde podem ser decifrados numerosos grafites do séc. XV.
Nas vastas salas do Rivau reina um ambiente acolhedor. Tudo contribui para esta impressão: desde as monumentais lareiras góticas às paredes caiadas como podemos ver na Toscana, a sumptuosa tapeçaria de Bruxelas, até às almofadas em frente às janelas gradeadas equipadas com almofadas onde os visitantes são convidados a relaxar.