LA VILLA
Cómo llegar y contactar
A una familia corsa, los Berapur, se le debe esta escalera de (muy) buen gusto, abierta desde noviembre de 2003. Su cocina se distingue por la aportación de pequeños toques típicos corsos que vienen a amenizar platos tradicionales. Así, muscat, vinos, higos o miel, todos procedentes de la isla de Belleza, contribuyen a destacar, por ejemplo, el civet de jabalí, el lobo asado a las castañas o el magret de pato. Entre las especialidades hay que destacar el ratón de cordero asado a la myten, el pollo granjero asado con limón confitado y su puré (de los grandes éxitos de la casa, un valor seguro). También apreciarás: el huevo lechero con foie gras, el foie gras asado en pan de espece, el plato corso o el plato nizaroise, la olla del pescador, las gambas flambadas en el muscat de Cap Corse, la mil-hoja de socca y el caviar con caviar de berenjena, sin olvidar las pastas en la pistola. En cuanto al sótano, el vino corso es, por supuesto, el honor (viene de Patrimonio, para los conocedores), con algunos vinos del mundo y inevitables vinos provenzales. La decoración es muy bonita, de inspiración antigua (con columnas, arcadas molduras y estatuillas); el bar, magnífico y macizo, dominado por una placa de mármol, añade a la elegancia del lugar. Algo tan raro como apreciable, un agradable salón se ofrece a quien quiere instalarse con voluptuosidad para saborear su digestivo -tanto más cuanto que aquí los digestivos caseros valen la visita (aguardiente de vida corso, licores de castaña, de mirten y de clementina). Por último, last but not least, un patio cubierto puede servir para acoger las veladas de grupos, para los cumpleaños o cualquier otra cosa. el menú, en este caso, podrá estar compuesto por la solicitud. La reserva aconsejada, al menos los sábados. El pequeño menos: al rigor, los postres parecen bastante poco buscados. El pequeño: la amabilidad de la recepción y del servicio, garantía suplementaria de una velada lograda.