Historia y cultura local Surinam

Este pueblo, situado justo al lado del lodge, se creó a finales de la década de 1950 con la construcción de la pista de aterrizaje conocida como Aeropuerto Vincent Fayks. Esto proporcionó mucho trabajo a los aborígenes y a los pardos negros de la zona. Estos dos pueblos unieron sus fuerzas para construir la pista y se congregaron en el lugar, que más tarde se convirtió en un pueblo. En octubre de 1959, Vincent Faijks y su copiloto Ronald Ellwin Kappel, que supervisaban el reabastecimiento de los trabajadores de la pista, se estrellaron y se convirtieron en héroes locales. En su honor, la pista recibió el nombre del primer piloto que murió en acto de servicio.

En esta pequeña aldea viven entre 250 y 300 indígenas de tres comunidades diferentes: los trio, los akurio y los wayana, que conviven pacíficamente a pesar de sus diferencias lingüísticas. El pueblo tiene un jefe y ayudantes(basja). Como sus antepasados, los habitantes dependen del bosque para sobrevivir. Se alimentan de la pesca, la caza y la agricultura (tubérculos, frutas, etc.), aunque las verduras no forman parte de su dieta. Muchas herramientas y materiales siguen procediendo del bosque (arcos, artesanía, etc.), aunque algunas cosas, como la ropa, los utensilios de cocina y la gasolina, se compran en la ciudad. Gracias a la actividad turística, se han creado incluso varias infraestructuras para los habitantes del pueblo (enfermería, alojamiento para profesores, paneles solares, etc.).

La colonia judía eligió el emplazamiento de Jodensavanne por sus 4 manantiales naturales, uno de los cuales se considera medicinal: sus virtudes curativas ya fueron descritas tanto por los primeros colonos como por los nativos que vivían en los alrededores. Se dice que, durante siglos, el manantial ha proporcionado un pequeño pero constante suministro de agua curativa. Esta agua, que procede de la cima de la colina, incluso ha sido probada y se ha descubierto que combate el estreñimiento. Hoy en día, la gente sigue acudiendo allí sólo para recoger una botella de esta agua milagrosa.

Frederiksdorp es una antigua plantación de café que data de 1700, donde se instalaron puestos de policía cuando se abolió la esclavitud para castigar los delitos cometidos tanto por los trabajadores como por sus empleadores. Hoy, los puestos militares construidos en 1863 se han restaurado y convertido en pequeñas residencias con capacidad para 4 personas. El complejo también cuenta con una piscina y un hermoso jardín con numerosos pájaros y orquídeas. Por último, el bar-restaurante es atípico: ¡es una antigua prisión!

La ciudad de Marienburg cuenta con una atracción turística especial: la plantación de Katwijk, abierta al público desde 2013. Esta plantación de café y cítricos es la única que sigue en funcionamiento en Surinam. Fundada alrededor de 1746 durante la época colonial de Surinam, su principal objetivo era la producción de café. Situada a orillas del río Commewijne, entre las plantaciones de Welgelegen y Wederzorg, está gestionada por NV Katwijk (1954), que produce su propio café bajo su propia marca: KW. La producción es de unas 10 a 15 toneladas al año: el café sólo se vende en Paramaribo, y no se exporta - ¡un raro hallazgo para los amantes del café! El propietario es indostaní y conoce la plantación como la palma de su mano, ya que ha trabajado allí toda su vida. Estará encantado de explicarle todos los detalles de la plantación en una visita guiada de unas 2 horas.

No se pierda la plantación de Katwijk, así que puede pasear, montar en bicicleta o simplemente disfrutar en plena naturaleza. En los alrededores de la plantación de café se ofrecen muchas otras actividades. Por supuesto, también existe la opción de pasar aquí una noche tranquila. Esta casa de vacaciones a orillas del río Commewijne es el lugar perfecto para su familia, sus hijos, sus amigos o simplemente para cualquiera que necesite relajarse y desconectar. El café de la plantación también está a la venta en la tienda ReadyTex de Paramaribo.

Parabello es el lugar ideal para darse un baño y comprar artesanía local: la cerámica autóctona bien merece una visita. También hay un carbet junto al río, donde resguardarse de la lluvia o disfrutar de un tranquilo picnic. También se puede hacer tirolesa en el bosque, reservando a través de una agencia, por ejemplo. No muy lejos de Parabello, también se puede hacer una visita guiada al jardín exótico Paraflor. Se trata de un jardín botánico y vivero, famoso por sus magníficas y raras flores tropicales.