Atracciones turísticas y monumentos Ecuador

En esta magnífica plaza peatonal salpicada de edificios históricos, lo primero que llama la atención es el imponente Palacio Municipal de Guayaquil. Construido en 1929, el edificio neoclásico de planta cuadrada se organiza en torno a una galería central de cristal y hierro forjado flanqueada por cuatro cúpulas.

El adyacente Palacio de la Gobernación es más sobrio y se caracteriza por su mezcla de estilos en boga en la década de 1920. Al otro lado del paseo, se puede admirar el edificio Martín Avilé.

El Museo de la Coca es una inmersión en la historia arqueológica del Amazonas y de los indios omaguas, un pueblo milenario de la cuenca del Amazonas (¡los apodaban los "piratas del Napo"!). Inaugurado en 2016, expone en un moderno edificio platos, estatuillas, objetos antropomórficos, urnas funerarias y otros objetos de cerámica policromada. Más de 300 piezas componen la colección permanente. Su estado de conservación es notable.

Esta casa-museo expone las obras de Eduardo Kingman (1913-1998), pintor ecuatoriano de Loja. Fue en esta antigua panadería (¡el horno de pan aún puede verse dentro de la casa!) donde el artista instaló su estudio en 1969. El antiguo profesor de la Escuela de Bellas Artes de Quito confiere a su pintura un notable carácter expresionista, con especial atención al claroscuro. Describe las condiciones de los pueblos indígenas, la pobreza, la miseria o la opresión con gran expresividad.

Una experiencia insólita, accesible a todos ya que el recorrido no es muy difícil, aunque sí largo, la visita a las minas de hielo es una obligación para los amantes del senderismo y la equitación. Partiendo de "cuatro esquinas" al pie del Chimborazo, Jorge le acompañará hasta la famosa mina donde se extraía el hielo para los burgueses de Riobamba, antes de la invención del congelador. Se bajaba desde 4.800 m de altitud a lomos de hombres. Afortunadamente, con Jorge, ¡un caballo es tuyo hasta los 4.000 m!

El Pichincha, comúnmente conocido como Guagua (niño en quichua) Pichincha por los quiteños, domina la capital desde lo alto de sus 4.776 m de altitud y forma parte de la vida cotidiana de los habitantes. Todavía está en funcionamiento, a diferencia de su hermano mayor, el Rucu Pichincha, situado un poco más al sur y que se eleva hasta los 4.696 m. Es más antiguo pero ligeramente más bajo. El Pinchincha es fácil de ver, ya que un teleférico une Quito con su cara oriental a 3.945 m de altitud. Su última gran erupción tuvo lugar en 1999. Quito quedó cubierto de ceniza.

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