ARCHIDIV
leer másCon varios años de experiencia en una empresa italiana de diseño de interiores y tras trabajar varios años en el equipo de un diseñador de interiores de Bruselas, Isabelle de Vuyst ha creado su propia empresa. Con tal experiencia, puede confiar en ella para decorar su casa, incluso el exterior. Para Isabelle, cada nuevo espacio a trabajar, por grande o pequeño que sea, es un nuevo reto y el objetivo es que los clientes se sientan bien en él y, sobre todo, que sea a su imagen.
BOREAL
leer másComo su nombre indica, el espíritu escandinavo del hygge flota en esta boutique de decoración. El espíritu es minimalista pero acogedor Objetos decorativos, adornos murales, muebles...: toda la gama procede de Bélgica o Europa. Si ha resistido la tentación de llevarse algo a casa, no olvide ir a tomar algo a la cafetería, escondida en la parte trasera de la tienda. Evidentemente, es muy agradable a la vista, pero sus ventanas también dan al Sambre. Una auténtica joya escondida
PIET MOODSHOP - HOME
leer másSe suponía que iba a ser una boutique efímera, pero la criatura del interiorista Christophe Verbeke se convirtió rápidamente en un éxito y se ha quedado. Hay que decir que, con su aire de tienda de brujo (una antigua herboristería cuyos mostradores y almacenes se han conservado), incita a rebuscar. Encontrarás todo lo que necesitas para tu hogar: el jarrón que sorprende, el artilugio que te hace sonreír, la fragancia para el hogar que da carácter a una habitación, ya sea de una gran marca o de un diseñador novel, libros, licores... Apostamos a que caerás rendido..
LUNDI DI
leer más"Kitscher your life" es el lema de esta tienda, que debería llevarse al grado 36. Está en pleno barrio de Marolles, entre las tiendas de antigüedades, pero nada más entrar en este capullo púrpura (de hecho, nada más ver el escaparate), uno se da cuenta de que está ante algo muy diferente. Los paquetes de patatas fritas y las vírgenes Marie dan el pego, las figuritas de galletas y los platos de porcelana de nuestras abuelas son secuestrados. Es divertido, kitsch, por supuesto, pero sobre todo de buen gusto, y una visita siempre te pone de buen humor.