Población y contaminación

El mayor problema es el crecimiento de la población, con una densidad global cercana a la de la región de París, para una primera comparación, y dos veces mayor que la de Reunión. Todavía no tiene la contaminación industrial y los residuos tóxicos que pueden generar las grandes ciudades, como en La Reunión o la Francia metropolitana, aunque los accesos y el tráfico de Mamoudzou estén congestionados en las horas punta. Los problemas son mucho más reales: los residuos y la contaminación del agua son los primeros, seguidos de las amenazas a la fauna. En Mayotte, sólo el 15% de la población está conectada a un sistema colectivo, y un tercio no tiene ningún sistema de saneamiento. Desde que la isla se convirtió en región ultraperiférica (RUP), la Directiva de Aguas Residuales Urbanas (DAR) exige que el sistema de saneamiento se adapte a la legislación europea, con la realización de importantes obras de infraestructura. Desde noviembre de 2015, Mayotte parece haber encontrado una solución para superar la falta de una planta gracias al método de depuración mediante plantas y grava (filtros naturales).

Una fauna y flora excepcionales para proteger

La Directiva Marco Europea del Agua (DMA) de 2000 establece objetivos de masas de agua en buen estado para todas las cuencas francesas. El reto de esta protección es también salvaguardar una fauna marina extremadamente diversa, con ballenas, delfines y tortugas marinas que crecen en estas aguas de la laguna. Esto requiere la regulación y el control de las actividades de turismo náutico y de ocio. En 2019, cabe destacar la llegada a Mayotte de la asociación CÉTAMADA (Madagascar), que trabaja por el conocimiento y la conservación de los mamíferos marinos en el océano Índico. La asociación ha elaborado un código de conducta para protegerlas de cualquier abuso por parte de los turistas y aboga por una especie de "ecoturismo de ballenas". En cuanto a la flora, hay una quincena de plantas notables y protegidas, como la vainilla salvaje de Humblot, el hibisco de las Comoras y el baobab africano. Para una gran parte de la población, la ecología es cada vez menos un concepto abstracto, y se intenta sensibilizar, sobre todo a los niños, desde una edad muy temprana y darles a conocer las bellezas de la isla para iniciarlos mejor en la protección de su entorno.

Un paso hacia la energía verde

El año 2019 está marcado por la llegada de los primeros coches eléctricos a la isla. Un proyecto de Electricité de Mayotte (EDM) que se inscribe en las acciones llevadas a cabo para una transición energética de la isla de aquí a 2030. Cabe señalar que, entre los cinco objetivos de la "trayectoria 5.0" anunciados a principios de año por Annick Girardin, Ministra de Ultramar, el medio ambiente ocupa el lugar principal: cero residuos, cero carbono, cero insumos químicos, cero exclusión y cero vulnerabilidad. Una verdadera carta ambiental y social para hacer de estos territorios zonas experimentales y mascarones de proa del desarrollo sostenible.