Senderismo Mauricio

EL especialista en senderismo de Mauricio, el que más ha impulsado este pasatiempo desde el principio, es Yan, un adorable mauriciano deseoso de ayudar a la gente a conocer mejor su isla a través de bonitos paseos guiados y comentados, de diferentes niveles. Su equipo de guías profesionales ofrece una amplia gama de excursiones por toda la isla, incluidos trekkings de observación de aves para aficionados.

Yan también organiza sesiones de trail running a medida y ofrece paseos en kayak por Tamarin -río y/o mar- para ver los delfines.

Este parque de ocio ultradinámico, concebido para acoger tanto a particulares como a grupos, está dirigido por equipos jóvenes, multilingües y llenos de energía. Está construido en torno a 23 colores únicos de tierra, descubiertos en 1998 por un geólogo mauriciano y formados por las erupciones del volcán Bassin Blanc. Bajo el efecto de la erosión, cúmulos de ceniza con diferentes composiciones metálicas y químicas se han alterado y desarrollado una paleta de 23 colores que van del rojo oscuro al amarillo pálido, pasando por el malva, el azulado y el verdoso. Esta curiosidad es sólo una de las muchas razones para visitar el Parque Natural de la Vallée des Couleurs, que ofrece una amplia gama de actividades.

Quads y buggies. El paseo clásico y tranquilo de una hora (hora y media con paradas y descansos para hacer fotos) le lleva por el paisaje de 23 colores y por otras curiosidades (recintos para tortugas, cascadas, etc.). El recorrido más exigente, de dos horas, lleva hasta un río y sube a las montañas.

Tirolina y puente nepalí. Se puede sobrevolar la finca a través de varias preciosas tirolinas (11 en total, con varios recorridos a elegir), incluida la más larga del Océano Índico, de 1.500 metros. Esta última se desciende de cabeza, suspendido por la espalda en posición prona, ¡y es una de las mejores actividades del parque! El puente nepalí más largo de esta parte del mundo también hace subir la adrenalina durante 350 metros.

Tirolina en bicicleta. Única en Mauricio, esta actividad ofrece la sensación de pedalear sobre un cable a 18 metros del suelo, ¡mientras charla con su vecino mientras se extienden cuatro líneas en paralelo! ¡Es una forma estupenda de hacer fotos!

Hayotras actividades disponibles, algunas (pero no todas) incluidas en el precio de la entrada: trineo de karts, paseos señalizados, minigranja, gran zona de juegos, recorridos privados en 4x4, pequeño museo, etc.

Hay tres restaurantes-albergue al aire libre donde se puede comer in situ. La Citronelle ofrece cocina asiático-mauriciana con menús de 3 platos a elegir y diversas variedades de chisporroteo. La Bigarade es un enorme restaurante de cocina mauriciana y europea, más adecuado para grupos (bufés temáticos). Le Chamouzé, con su terraza con vistas a una magnífica cascada, es la opción de comida rápida. El nuevo bar Kasmaël ofrece una vista de 360°

Patrimonio Mundial de la Unesco, la montaña del Morne está abierta a todos y ha sido acondicionada para el senderismo. La subida, bastante empinada al final, ofrece la recompensa de un panorama espectacular desde la cercana cumbre. Desde el aparcamiento, tome un camino fácil durante aproximadamente 1 hora y 45 minutos, que se estrecha en su segundo tramo y acaba empinándose. En este punto, es posible que tenga que trepar utilizando las cuerdas previstas. Si es propenso al vértigo, la subida termina aquí En la cima, la vista de 270 grados es impresionante. El descenso dura 1 hora y 15 minutos.

La Montaña del León forma parte de la cadena del Bambú y bordea majestuosamente la bahía de Vieux Grand Port, la misma en la que el Estado Mayor del general Decaen presenció la única victoria naval de Napoleón sobre los ingleses en 1810. Los militares franceses también utilizaron la montaña como mirador. Emblemática de esta parte de la isla, la Montaña del León se divisa desde la bahía de Mahébourg, donde ofrece altura y relieve frente al azul intenso del mar. Se dice que sus picos se asemejan a un león en reposo, con la vegetación formando su melena. Eche a volar su imaginación

Aunque la montaña no supera los 480 metros, hay varios tramos agotadores de semi-escalada, por no mencionar el hecho de que las marcas están a veces cubiertas por una densa vegetación. Se recomienda contar con los servicios de un guía.

Para llegar, tome la pista que se encuentra justo antes de la comisaría de policía (si viene del sur) a la salida del pueblo. A continuación, tome la primera pista a la derecha que sube a través de la caña de azúcar siguiendo las señales de color rojo anaranjado. En la cima, gire a la izquierda y tome el camino de la derecha. El camino se allana un poco, hay algunos escalones y luego se sigue una cresta hasta la cima con varios tramos realmente difíciles. En la cima, la vista de la costa y de la inmensa laguna al sureste es magnífica El descenso es igual de difícil, pero siga las indicaciones y consejos de randopitons.re para hacer un bucle.

Se trata de uno de los paseos más bonitos de la isla, muy popular entre los viajeros, pero que no altera la mágica sensación de estar solo en el mundo. Pase al menos medio día o un día completo con un picnic, a menos que vaya a comer en uno de los restaurantes o cabañas de la costa.

El paisaje alterna entre inmaculadas y solitarias playas de ensueño, sublimes calas y zonas más rocosas que sobresalen del océano. Primero pasamos por la larga y hermosa playa salvaje de Graviers, donde el mar está bastante agitado. A continuación, se llega a Anse Bouteille, con su magnífico banco de arena que da a una laguna transparente, encajada entre dos muros. La cala Philibert (o Grande Anse) a la que llegamos a continuación lleva el nombre de un antiguo gobernador de la isla, Philibert Marangon. En esta cala, cuidado con las corrientes. Qué regalo cuando, desde lo alto de un acantilado, se cae en Trou d'Argent, la playa más publicitada de Rodrigues: un trozo de cala incrustado entre dos acantilados, ideal para nadar... El agua es tan clara que, incluso sin máscara, se pueden ver los colores brillantes de los peces. Un poco más al noreste, entre East Bay y Tasman, atravesamos una zona protegida plantada de filaos. A continuación, el sendero vuelve a seguir la costa y atraviesa las magníficas playas de Saint-François, Anse Ally y Fumier, idílicas en su suave soledad. Finalmente llegamos a Pointe Coton, donde, tras un último baño, podemos tomar una copa en el bar Cotton Bay.

Una forma única de descubrir la mítica montaña de Le Morne, Patrimonio Mundial de la UNESCO, es escalarla con Yan, EL especialista en trekking de Mauricio, o con uno de los guías de su equipo. Durante mucho tiempo, sólo Yanature, una empresa pionera, tuvo los derechos exclusivos del lugar. Una experiencia deportiva y cultural, con explicaciones sobre la flora, la fauna y el propio sitio: una montaña escarpada y salvaje con un ecosistema especial y una vista impresionante de la laguna y las costas sur y oeste de Mauricio desde la cruz de la cima, a 500 metros.

Vertical World es una empresa especializada en actividades al aire libre en Mauricio. Ofrecen senderismo, barranquismo, escalada y actividades de montaña. Su sitio web ofrece más información sobre sus servicios y precios. Vertical World también organiza actividades de team building para grupos.

Es el segundo pico más alto de la isla, con 823 metros, y su acceso es mucho más técnico y difícil que el de Le Pouce, hasta el punto de que se necesita un guía para ascenderlo. La montaña es emblemática y reconocible por la gran roca en forma de bola que hay en su cima, a la que sólo se puede acceder mediante cuerda. En la cima, la vista de 360 grados sobre Mauricio y los islotes del norte es impresionante. La única forma de descender es en rápel. Varios proveedores de servicios locales ofrecen el ascenso, entre ellos Vertical World, Otelair y Lokal Adventure.

A 812 metros,la montaña, desgastada por la erosión, es bastante fácil de acceder y se puede hacer con o sin guía en una media de 3 horas ida y vuelta. Opte por subir por la cara sur, más fácil y mejor señalizada. La caminata comienza por un ancho camino de tierra que atraviesa los campos de caña de azúcar y conduce a una primera meseta pedregosa, luego a una segunda más alta. A continuación, se toma un camino más empinado hacia la derecha para llegar a la cima. Desde la cima se divisa toda la isla, incluidos Port-Louis y Pieter Both.

En dirección al oeste de Anse aux Anglais y bien pasado Port Mathurin, pasamos por bonitos paisajes costeros como Baie aux Huîtres (llamada así por su forma) y luego Baie Malgache, donde se han plantado muchos manglares para combatir la erosión. Pasamos por delante de la prisión cuya puerta permanece abierta durante el día para que los penitenciarios (pobres desgraciados que generalmente han bebido demasiado ron) puedan ir a cultivar el jardín o a pescar.

Se trata de uno de los lugares más bellos del interior: un conjunto de siete cascadas que se precipitan en sus piscinas naturales. Es posible caminar hasta la cima de las cataratas y luego recorrer las primeras cascadas en 2 ó 3 horas, ¡dependiendo de cuánto tiempo quiera nadar! Como los senderos no siempre están bien señalizados, o si quiere ir más lejos, le recomendamos un guía. Hay varias empresas fiables que organizan esta excursión, como Lokal Adventure, Otelair, Vertical World y Yanature.

Se trata de un paseo corto pero empinado, sólo para buenos caminantes. No olvide llevar agua En algunos lugares, hay cuerdas que le ayudarán a subir y bajar. Al principio, camine por el lado izquierdo del embalse unos 20 metros, pasando un muro bajo y luego una alambrada. Una vez pasada la valla, camine a lo largo de ella hasta que vea la señal del "sendero z". Siga este camino hasta la cima, donde la panorámica de 360° de la laguna y las montañas bien merece el esfuerzo Baje por el mismo camino.

Al final de la playa de Anse aux Anglais, siga el camino a lo largo del mar. Esto termina en Grand Baie, absolutamente magnífica en su inmensidad desierta. El paisaje de la ensenada, bordeado al fondo por un frondoso cocotero, recuerda a un oasis. Con la marea baja, es posible continuar a pie por las rocas hasta la playa de Baladirou, enclavada en una cala. Otra opción es ir por la carretera de la costa, donde los coches son bastante escasos.

Este fácil paseo revela uno de los paisajes más bellos de la isla: una vasta llanura cubierta de hierba ondulada, al borde de una costa desgarrada donde el turquesa del mar contrasta con el amarillo chamuscado de la vegetación. Aquí y allá, los erizos de mar se secan al sol, colgados de un palo frente a la cabaña de un pescador. No dude en pasear por la punta de Mapou para contemplar la isla del Coco y la isla Sable en la distancia.