Sitios arqueológicos artesanales científicos y técnicos para visitar Madagascar

Esta hermosa bahía está a una hora a pie de Belo, o un poco menos (según el tiempo) en canoa de vela. Este brazo de mar se adentra en el manglar, donde los dhows se dirigen al puerto salinero para esperar y subir a bordo los sacos de sal procedentes de las salinas. A la entrada de la bahía, las aguas tranquilas y profundas permiten disfrutar de los soberbios fondos marinos. Enfrente, la pequeña aldea vezo nos conmina a detenernos. Es la ocasión de realizar una magnífica excursión de medio día en el mar; por ejemplo, con el profesional Niro, cuyos servicios recomendamos.

Las hermosas playas -arena blanca, agua turquesa- que rodean Maintirano se extienden a lo largo de kilómetros, ofreciendo una visión de languidez infinita. Pida a los pescadores que le indiquen lugares adecuados para bañarse.

Nosy Androtra, Nosy Lava, Nosy Maroantaly: al sur de Maintirano, una cadena de islas rodeadas de arrecifes de coral hará las delicias de los amantes del ambiente de "isla desierta". No hay nada organizado: hay que informarse en el puerto de Maintirano o en el pueblo de Soahanina, al que se llega desde Antsalova, por la pista Sur.

El mercado de Vohipeno está animado, no dejará de examinar de cerca los puestos de los herbolarios, no dude en preguntar para qué sirven las plantas que tendrá bajo los ojos, el cambio de aires está garantizado. Más allá del río, yendo hacia la costa, el paseo entre arrozales y plantaciones de plátanos es de lo más agradable, se lo recomendamos. Las ceremonias tradicionales Antemoro, así como las fiestas de la circuncisión, son especialmente impresionantes en la región. Para más información, póngase en contacto con la fivondronana de Manakara.

Podrá encontrar guías para el descenso del Tsiribihina y la visita al Tsingy (en la región de Menabe) en varios hoteles y restaurantes de la ciudad (incluyendo Chez Billy). Atención: si sus tarifas son más bajas que en la agencia, a veces es porque no todos son recomendables, y/o las condiciones de seguridad no están aseguradas, y/o no se lo dicen todo (los Tsingy están cerrados durante parte del año y el río es peligroso en la temporada de lluvias, de noviembre a marzo). ¡Averigüe todo lo posible sobre la persona que vaya a contratar!

Esta arboleda de cocoteros constituye un elemento importante del paisaje de la región. Se extiende a lo largo de la playa hacia el norte y el sur de la ciudad. Cultivan especies híbridas de cocoteros (empeltres de cocoteros enanos de Malasia y cocoteros de África occidental). El año récord fue 2014, con más de doce millones de cocos recolectados. La visita, muy interesante, se divide en tres partes: la recepción, a pocos metros del aeropuerto, donde se puede comprar el ticket de entrada y visitar los tres talleres de procesamiento artesanal de la planta (paja, tronco y corteza); la plantación, a cinco kilómetros al sur, para conocer el proceso de emasculación de las flores masculinas por parte de los «castradores» y el vivero; y, aún unos pocos kilómetros más al sur, los hornos de copra y el taller de destilación de aceite de coco. Insista en verlo todo, la visita es apasionante (y deliciosa...).

La ONG británica Blue Ventures es la mejor base de datos de arrecifes de la región del Océano Índico Occidental. Recopilando datos desde 2004, documentan el estado del arrecife y desarrollan proyectos de acuicultura en el sur. Es posible realizar salidas diarias al mar con voluntarios. En colaboración con Blue Ventures, los pescadores organizan actividades como alojamiento con la población local, viajes de avistamiento de ballenas en temporada, excursiones al bosque de baobabs, buceo con tubo con guía, excursiones a pie por el manglar, clases de cocina gaseosa, etc.

Se pueden visitar talleres tradicionales de confección de tejidos a base de seda natural. El tejido es una actividad femenina y tradicional en la región. Se producen varios artículos (bufandas y tejidos).

Tomando la carretera de Belazao, se llega al mirador de Ivohitra (obsérvese la gran antena), desde donde la vista abarca toda la región, con un soberbio panorama sobre esta parte de las Tierras Altas. Los senderistas apreciarán el paseo: cuente una hora y media para llegar a la cumbre girando a la izquierda por la carretera de Betafo, a la altura de la señal "Hijos del Sol". Después, cuente dos horas para regresar a la entrada sur de la ciudad; obviamente, estos tiempos son aproximados. Eso sí, cuidado con los carteristas.

Coja la carretera hacia el aeropuerto y continúe durante tres kilómetros (unos doce kilómetros al norte del centro de la ciudad). Llegará al Grand Pavois, lugar que tiene un paisaje lunar asombroso. Se trata de un circo natural, tallado por los vientos y las aguas, que forma una especie de cañón del color sorprendente que le da las calizas y las arenas rosas, burdeos y carmín. Tras un bonito paseo, el camino a lo largo del río conduce al mar. El amanecer y el atardecer en estos circos rojos se transforman en momentos mágicos. Más lejos, el circo rojo de Ampazony es una verdadera delicia para los fanáticos del quad.

A 20 km al norte, en la carretera de Sambava, este lago es un paraíso para los cazadores de aves acuáticas (abundan: cercetas, patos jorobados, gansos salvajes). Pero ¡cuidado! También hay cocodrilos. El parque Andranoanala está cerca, y se puede llegar a pie. Para una excursión más larga, hay que adentrarse en el parque hasta la cascada de Bevontsira. Para el "paquete completo", una excursión completa por la península le llevará hasta Maroantsetra.

En «la colina de los mil perfumes» hay unas treinta hectáreas dedicadas a la producción de vainilla, pero no solo se dedican eso. También hay plantaciones de clavo de olor, bayas rosadas, ylang ylang, pimienta y canela... La visita incluye una degustación de platos a base de vainilla en un hermoso edificio de estilo colonial.

En el centro de Antalaha, los aficionados querrán hacer una parada en el astillero artesanal. Es aquí donde aprenderá más sobre la vainilla. Aprenderá todo sobre las diferentes etapas de producción, desde la plantación hasta la fabricación de los "racimos", así como las habilidades ancestrales de los artesanos. Merece la pena visitar los talleres de trenzado de vainilla: los artesanos forman figuritas trenzando las vainas, ¡es original!

De septiembre a diciembre, las ceremonias tradicionales de exhumación recuerdan a las del país de Imerina o Sakalava. Infórmese en la fivondronana (ayuntamiento) o en su hotel o guía.

Recientemente restaurado, el paseo marítimo entre la residencia y el puerto está dedicado al pasado (bellos edificios coloniales, la mayoría en ruinas). La estación meteorológica situada en una loma al oeste de la ciudad ofrece una vista panorámica tras un paseo por el campo. Hay que tomar un taxi hasta allí y bajar andando.

Los principales mercados, llenos de colorido, se celebran los jueves en Tanambo y los martes en Ankoalabe. Se vende vainilla, café y clavo junto a todas las frutas de temporada de la región. Cestas, esteras, sombreros de paja y barcas de madera tallada son algunos de los recuerdos que podrá llevarse a casa.

Cap Est: la carretera que conduce hasta aquí es muy bonita (pero también está en muy mal estado); merece la pena detenerse en las plantaciones de vainilla para aprender un poco más sobre el cultivo de esta orquídea.

La región está llena de sitios magníficos el cercano Lago Verde con sus cocodrilos (llegar en 4x4 y volver caminando por el mar, contar 5 horas de trekking); al Noroeste, a 75 km, la reserva de Daraina (o Loky-Manambato), cerca del pueblo del mismo nombre donde acuden los buscadores de oro, santuario de una rara especie de lémur en peligro de extinción, el sifaka de corona dorada(propithecus tattersalli), así como del ala vato, el escorpión negro más grande de Mada; al Oeste, las primeras estribaciones del Tsaratanana; al Sur, la exuberante selva tropical..

Navana es una pequeña cala tropical salvaje con una playa de rocas de granito que a algunos les recordará a las Seychelles. Es un lugar ideal para relajarse durante un día, sobre todo si hace buen tiempo. También puede visitar el pequeño pueblo tradicional, donde se cultiva café, vainilla y clavo. También se puede visitar el pequeño pueblo tradicional, donde se cultiva café, vainilla y clavo, lo que da lugar a unas fotos magníficas. Hay que contar 1 hora de barco rápido para llegar desde Maroantsetra, por al menos 200 000 Ar (precio susceptible de aumentar). Un guía sobre el terreno pide unas 20 000 Ar.

Un sendero bien señalizado recorre casi toda la isla, mientras que otro la cruza de norte a sur. También hay varios senderos más pequeños, pero siempre encontrará el camino de vuelta. Nuestro consejo: rodee la isla girando a la derecha (costa oeste) al atracar en Sainte Marie. Podrá bañarse y comer por el camino. Pasee por la playa y cuando llegue a "Les Lémuriens", al sur, vuelva hacia el interior. Al llegar al pueblo, diríjase al faro para disfrutar de una magnífica vista. Se trata de una magnífica excursión que también puede realizarse en piragua (2 horas).

Al final de la avenida de Francia, es un lugar ideal para pasear en familia. A modo de rotonda, un enorme baobab centenario de más de 20 m de circunferencia adorna el final de la avenida. Para rendir homenaje a los antepasados, cada recién llegado debe dar 7 vueltas a su alrededor. No lo dude Se dice que bajo las raíces de este árbol está enterrado el tesoro que escondieron los reyes sakalava cuando llegaron de Menabe. A la derecha se alza un edificio de estilo colonial. El paseo continúa por el Boulevard Marcoz (preferiblemente al fresco).

Inició su actividad en 2008, con tan solo quince trabajadores locales. Le Relais Madagasikara cuenta actualmente con una plantilla de casi 500 personas. En el marco de una economía social y solidaria, trabaja para integrar y formar a los habitantes de Fianarantsoa y sus alrededores en diferentes actividades:

Fabricación de automóviles. Le Relais se hizo cargo del proyecto de coches Karenjy, abandonado en 1993, y puso de nuevo en circulación estos coches de fibra de vidrio fácilmente identificables, los únicos coches 100 % africanos. Durante nuestra visita en 2017 la asociación Gold of Bengal trabajaba en el diseño de un coche de yute para luego adaptarlo al sisal que se obtiene en Madagascar.

Reciclaje textil y clasificación. La ropa depositada en los contenedores con la etiqueta Le Relais, muy habituales en Francia, se envía en parte a Madagascar y es clasificada en el centro Taratra antes de ser redistribuida por el país. Esta es la actividad que dio origen a Le Relais en Fianarantsoa, suscitando el entusiasmo local desde la constitución del primer equipo de trabajo.

Costura y creación. El taller Gash'Mlay transforma y devuelve a la vida los tejidos no utilizados. El proyecto Zazabracabra nos ha llamado especialmente la atención: crean peluches a medida a partir de los dibujos que realizan los niños, algo que realza su desbordante imaginación. Los beneficios se utilizan para financiar la plantación de árboles.

Centro de clasificación y valorización de residuos. Nacido de la falta de un sistema de tratamiento de residuos en la ciudad y de la creciente pobreza que salía a la luz en torno a los vertederos abiertos, el centro de clasificación deLe Relais recibe ahora 700 toneladas de residuos al mes. Hay 115 personas trabajando en la clasificación y posterior transformación de la materia orgánica (85 %) en fertilizantes, algunos de los cuales se utilizarán para desarrollar la permacultura y los viveros. Organizan visitas de las escuelas para sensibilizar sobre el medioambiente.

Turismo sostenible. Le Relais cuenta ahora con dos establecimientos: el hotel termal de Ranomafana y el Moringa de Toliara. En ellos podrá encontrar un personal joven y dinámico formado por Le Relais, según su espíritu de inserción y solidaridad. Así, los establecimientos ponen en práctica los valores del Relais para un turismo sostenible, especialmente en la cocina, donde los productos son frescos y cultivados in situ.

Lugar de culto y purificación según la tradición, es el objetivo ideal de una magnífica excursión entre pequeños pueblos y arrozales. Posibilidad de nadar, acampar y pescar allí.

Esta hermosa playa de arena tiene un paisaje de postal junto a las tortugas marinas. Es la escapada ideal antes de ir a observarlas y nadar con ellas. La agencia Nosy Be Original ofrece a los viajeros esta playa privada de Nosy Sakatia, acondicionada con gusto. Rincón cocina, rincón bar, una gran mesa bajo una inmensa cabaña de paja: ¡la playa bordeada de palmeras y plantada frente a un bosque parece un lugar de ensueño! Además, Nosy Be Original organiza fiestas semanales e incluso fiestas de luna llena El sueño, le decimos...

Encontrémonos en el muelle Orsini, a primera hora de la mañana o a última del día. Los estibadores dormitan a la sombra de los viejos mostradores árabes, los conductores de rickshaws descansan en sus vehículos, los vendedores de sambo parecen esperar... De repente llega un dhow y una agitación febril se apodera de los muelles. Semirremolques cargados hasta los topes de algodón se codean con rickshaws que se desmoronan bajo el peso de las telas. Los dhows pintados de rojo y azul, verde y amarillo nos recuerdan todos los viajes a Zanzíbar y Moroni, a merced de los vientos...

Ihosy es un lugar de comercio y tránsito entre las regiones del sur y las tierras altas. Los sábados y domingos, el mercado de cebúes, situado detrás del estadio, es fascinante. Aquí, miles de cabezas de ganado son objeto de hábiles negociaciones. Este es el país de los bara, donde el cebú no sólo es símbolo de prestigio social, sino también de virilidad. Su posesión ha sido durante mucho tiempo la condición sine qua non para ser considerado un hombre de verdad. Desde que los ladrones de cebúes, los dahalo, causan estragos, las tradiciones han cambiado.

En la bahía de Cul de Sac Gallois, un paseo en barco de 15 minutos le llevará a pequeñas colinas plantadas de baobabs. Se pueden descubrir decenas de estos majestuosos árboles, algunos de ellos centenarios, durante una sencilla caminata de una hora. Esta es una oportunidad para ver dos especies endémicas de baobabs. Caminamos cerca de Diego, en un universo completamente diferente con las cristalinas aguas cercanas. Una visita de lo más exótica que no debe perderse, sobre todo si no va a ver los baobabs de la región de Menabe o del oeste de Madagascar.