Atracciones turísticas y monumentos Madagascar

El avistamiento de ballenas es, por supuesto, la actividad estrella en Santa María; la temporada se extiende desde mediados de junio hasta principios de octubre. Todos los hoteles le ofrecerán la excursión. Tenga en cuenta que lasegunda salida a menudo se ofrece con un descuento, o incluso a mitad de precio; algo que hay que saber, porque, en nuestra opinión, una sola salida no es suficiente. El espectáculo es tan fascinante, el momento tan sublime, que querrá repetirlo al menos una vez más.

Elija un proveedor de servicios afiliado a Cetamada para asegurarse de que embarca en un barco de calidad que respetará un código de buena conducta, y además irá en compañía de un eco-voluntario que le podrá explicar muchas cosas sobre los cetáceos.

Para tener una idea de lo que irá a ver puede ir a la sede de Cetamada, en el puerto. Hay documentales sobre las ballenas, noticias y artesanías locales sobre el tema de las ballenas, por supuesto.

Los proveedores más recomendables son: Princesse Bora Lodge & Spa, Villas de Vohilava, Libertalia, Lakana Hotel, Sainte-Marie Lodge y Maningory en la Île aux Nattes.

Esta reserva privada de una superficie de 35 ha alberga siete especies de lémurianos en libertad (el Indri indri también está presente), reptiles, anfibios, cocodrilos… palmeras de todo tipo abundan. Se accede en barco.

El principal objetivo de la visita a Andasibe es ir al Parque Nacional de Andasibe-Mantadia (15480 hectáreas) o, más exactamente, la Reserva Especial de Analamazaotra, muy popular porque allí vive el famoso indri.

El indri: un lémur famoso. La altitud del parque (1000 metros de media; se extiende entre los 900 y 1250 metros) explica la presencia de este lémur sorprendente y poco común: el indri. Alcanza una altura media de 75 cm a 1 m (en comparación, su cola es diminuta: máximo mide cinco centímetros), por lo que es el más alto entre todos sus congéneres; pesa entre siete y diez kilogramos y presenta un pelaje blanco y negro. Hay que verlo estirarse al amanecer, o cuando está de pie por poco tiempo: su comportamiento recuerda extrañamente a uno de sus primos al que conocemos bien... Es herbívoro (le gusta mucho la fruta) y vive en grupos de pocos individuos. La hembra puede tener hasta tres crías por camada. También es conocido con el nombre de amboanala (perro del bosque), probablemente por sus ojos y su extraño grito que evoca el aullido de un ser humano. De hecho, el indri es conocido, sobre todo, por su cautivadora destreza vocal: ¿aullidos?, ¿rituales de seducción? Nadie lo sabe realmente. Pero el encanto funciona.

En la reserva especial (que no hay que confundir con el conjunto del parque) viven unos ochocientos. Para verlos, hay que llegar muy temprano por la mañana (alrededor de las cinco entre septiembre y diciembre o sobre las ocho entre marzo y agosto).

El resto de la fauna. En el parque habitan un total de catorce variedades de lémures, incluidos el aye-aye y el varika mavo. También hay alrededor de 108 especies de aves, 51 especies de reptiles (incluyendo la boa arborícola de Madagascar) y 84 especies de anfibios.

La flora. El bosque está compuesto principalmente por ravinalas, pandanus y eucaliptos, y está repleto de fabulosas orquídeas (más de cien especies), helechos arborescentes, líquenes, lianas sagradas... la naturaleza es majestuosa. Cabe destacar que llueve mucho: la media anual de precipitaciones es de unos 1700 mm (el nivel de humedad es superior al 90 %). No quiera pasarse de listo llegando en pantalón corto y sandalias porque podría arrepentirse. La única estación más o menos seca es de septiembre a mediados de noviembre; durante el resto del año la lluvia, la niebla o la llovizna le acompañarán constantemente durante su visita. Por lo tanto, un impermeable es esencial. De julio a septiembre tampoco hace mucho calor.

Información práctica. El precio de la entrada a ambos parques es de unos 45000 Ar por adulto y día, y de 25000 Ar por niño. Puede comprarlas directamente al entrar. Aunque llegar a la reserva de Analamazaotra no es difícil (se encuentra entre la carretera nacional y el pueblo de Andasibe y hay taxis-brousse que van a Moramanga), las cosas se complican para llegar al Parque Nacional de Mantadia, que se encuentra después del pueblo (es decir, más al norte). No hay transporte público.

Hay dos zonas de acampada (Tanafisaka e Indri), así como cuatro tiendas de campaña (con cocina, ducha y electricidad), disponibles en el parque (10000 Ar por tienda y por noche). En el campamento de Indri se puede alquilar un hangar con dos grandes tiendas por entre 10000 y 20 000 Ar (alquiler de una tienda grande: 10000 Ar).

Varios circuitos posibles. En la reserva de Analamazaotra (entrada justo después del Feon'ny Ala, un centro de interpretación gratuito muy interesante) hay tres rutas posibles: 40000 Ar por el circuito Indri 1, 50000 Ar por el circuito Indri 2 y 60000 Ar por el circuito Adventure. En el parque de Mantadia (entrada después del Vakôna Forest Lodge) se han trazado seis rutas: calcule de dos a ocho horas de caminata; el precio del guía oscila entre 40000 y 60000 Ar para de una a cuatro personas.

Dieudonné y Violette, antiguos deportistas, crearon en 1996 un taller de forja. El taller se ha convertido en un pequeño pueblo y sus obras, sobre todo los grandes baobabs, espejos y salamanquesas, se pueden encontrar en todos los hoteles del país. Más allá del éxito artístico, el taller es un éxito social: la pareja ha optado por integrar laboralmente a los más pobres. Ofrecen una nueva vida a estas familias creando una escuela y unas culturas in situ.

Idom'Art es un colectivo de artesanos cuyo trabajo es valorado por Maud Brun, que desde 2015 les ayuda a ganarse la vida con su talento. Con un saber hacer transmitido durante tres generaciones, fuerza, paciencia y meticulosidad, los cortadores y acabadores crean obras únicas, absolutamente magníficas. Maud les ayuda en la elección de la madera, la búsqueda de nuevos modelos, la comercialización y la organización de exposiciones. Si tienes un par de horas libres, puedes aprender a cortar in situ con un artesano.

Este proyecto, iniciado por la asociación entre el hombre y el medio ambiente, apoya el programa de conservación y gestión sostenible del bosque de Vohibola. En el programa: visita del pueblo de pescadores de Andranokoditra, descubrimiento de la destilería y del proceso de fabricación de aceites esenciales, paseo en piragua, descubrimiento del sendero de interpretación y plantas útiles del bosque de Vohibola… Posibilidad de dormir en el habitante.

Conservación - Educación. La asociación gestiona el bosque de Vohibola y establece programas de conservación con la población local.

Población local. Contratación y formación de guías locales, aportación de ingresos para las poblaciones locales.

Anjaha, que significa «en el bosque de baobabs», es el nombre real de esta magnífica reserva que vale la pena visitar. Sin embargo, conviene saber que hoy ya no hay baobabs. En cualquier caso, este bosque protegido por las comunidades de las aldeas de la zona desde 1992 (un buen ejemplo para el resto del país), situado al pie del macizo de Iandrambaky (Las Tres Hermanas), tiene muchos otros activos. En él se pueden ver orquídeas, ficus y palmas de Madagascar. La fauna está representada principalmente por una gran colonia de lémures maki (unos trescientos actualmente, mientras que hace veinte años estaban casi extintos), así como por numerosas aves, camaleones, boas... La carpa real abunda en sus aguas. La vista desde un promontorio rocoso es magnífica. Un gran soplo de aire fresco.

Consejos del guía. El circuito más corto es un paseo de entre 1,5 y 2 horas, accesible a todos. El circuito más atlético requiere 6 horas de marcha y escalada. Entre los dos, se proponen varios bucles con diferentes opciones (lémures, plantas medicinales, reptiles, miradores, cueva, orquídeas). Lleve buen calzado, agua, gorra o sombrero y loción antimosquitos. Venga por la mañana si es posible. Recomendamos al guía Emilien, especialmente comprometido.

Está organizada en unos diez circuitos, simples o combinados. A continuación presentamos una selección de las que, en nuestra opinión, son las mejores opciones.

Circuitos pequeños. Son excursiones bastante fáciles, todas alrededor del pueblo de Bekopaka. Para familiarizarse con las dificultades de caminar por los tsingy, le recomendamos encarecidamente hacer al menos una de estas excursiones cortas antes de aventurarse en las largas. Las dos rutas al sur del parque permiten a los caminantes probarse a sí mismos antes de embarcarse en el gran circuito, y adaptarse así gradualmente al complicado entorno de los tsingy.

Estas marchas relativamente fáciles (el circuito principal, el más turístico, está bien arreglado y hay que subir escaleras en algún momento) permiten descubrir losas de piedra caliza, cañones y una serie de diaclasas de diez a veinte metros de altura. Los únicos ruidos que perturban el silencio del lugar son los gritos de los pájaros y los lémures. Bonitas cuevas y corredores delatan la naturaleza cárstica de este relieve. También hay testimonios de una presencia humana muy antigua. Desde la parte superior de las diaclasas se puede saborear la sensación de vacío. Desde los miradores, la vista general de los tsingy y de la diversidad de la vegetación es magnífica.

Circuito de las gargantas del Manambolo. Este itinerario permite descubrir barrancos escarpados de 50 a 80 metros de altura, cubiertos de diferentes tipos de vegetación (desde húmeda a muy seca). En las gargantas, el río presenta una anchura de 40 a 100 metros: se puede acceder a ellas en canoa o en piragua (opcional y pagando 25000 Ar). Esta es la oportunidad de visitar cuevas con interesantes formaciones calizas, pobladas por muchos pequeños murciélagos. La ruta incluye una visita a las tumbas vazimba y luego se extiende hasta el acantilado a lo largo de la orilla derecha del Manambolo. En un abrigo rocoso podrá ver una antigua pintura que representa un cebú. La opción de los barrancos y las canoas dura aproximadamente una hora y media. Es preferible realizar este circuito por la mañana para evitar el viento, a veces un poco fuerte, que suele levantarse por la tarde.

Excursiones a Andadoany y Ankeligoa (pequeños tsingy). Se familiarizará con el relieve cárstico del macizo gracias a los cañones, laberintos, diaclasas, cuevas..., es decir, el fascinante mundo mineral y vegetal de los tsingy. Recorrido botánico en un denso bosque seco semi-caducifolio. Fantásticos miradores sobre los tsingy. Circuitos de dos y seis kilómetros respectivamente, para caminatas de aproximadamente cuatro a cinco horas. Nota: el circuito Tantely es una variante más corta del circuito de Andadoany (dos kilómetros y una hora de trekking).

Circuito de Anjohimanintsy. Se puede elegir entre la opción simple y la opción deportiva. Es una combinación de todos los pequeños circuitos alrededor de Bekopaka (especialmente de los de Andadoany y Ankeligoa). Uno o dos días de paseo con vivac si es necesario en la zona de acampada de Ankidroadroa. Con la opción deportiva se puede descender en rapel por un pozo de piedra caliza; y todos aquellos que pudieron disfrutar de las emociones del día testificaron su felicidad. Si tiene espíritu deportivo, no lo dude.

Circuitos de Andamozavaky y Ranotsara (grandes tsingy). Tenga en cuenta que Andamozavaky se encuentra a 17 kilómetros al norte de Bekopaka (y que no hay taxis-brousse para llegar hasta allí). El circuito de Andamozavaky es un poco difícil y bastante exigente, que dura unas cinco o seis horas. Aunque espectacular, ahora está muy bien adaptado, y se ha realizado en él un trabajo notable (puntos de apoyo, cuerdas, escaleras, arneses de seguridad...). Dicho esto, el itinerario sigue siendo técnico y no es recomendable para personas con claustrofobia o vértigo (pasarela de 20 metros de longitud a 70 metros de altura). También hay que tener en cuenta que algunos pasadizos entre las paredes son muy estrechos: las personas un poco entradas en carnes a veces tienen dificultades para pasar.
El Gran Circuito comienza con la más bella red de diaclasas, continúa a través del corazón del bosque seco de Antsingy, y luego pasa a través de un cañón de dimensiones impresionantes que da acceso a una cueva con paredes repletas de formaciones calcáreas. La presencia de conchas de caracoles marinos recuerda el origen oceánico de los tsingy. La última sala de la cueva es un conducto donde, antes de las 14 horas, penetran los rayos del sol, que, jugando sobre estas diversas formaciones calizas, crean sorprendentes efectos de luz. Un poco más allá se alcanza el corazón de los tsingy. El inicio del circuito de Andamozavaky es un lugar ideal para observar la gran cordillera cárstica, espectacular al atardecer y al amanecer.
La mejor manera de abordar este gran circuito es salir de Bekopaka por la tarde, llegar al lugar de observación al atardecer y luego pasar la noche en el campamento (a diez minutos del inicio del itinerario).
El circuito de Ranotsara, por su parte, se acerca al gran tsingy en tres horas de marcha. Se llega a una cumbre (a través de una pasarela que suele marear a la gente) desde donde la vista es impactante. A diferencia del circuito anterior, que se sumerge en el corazón del tsingy, este ofrece una visión más panorámica.
Es posible hacer ambos itinerarios en una jornada larga, pero para ello es esencial una buena condición física y tomar el primer transbordador, a las seis de la mañana, para atravesar el Manambolo.

Circuito de Berano. Este circuito discurre por el norte del parque, cerca de Antsalova. Fascina a los amantes de la espeleología. Tendrá la oportunidad de visitar en piragua el laberinto de galerías subterráneas. Calcule tres horas para tres kilómetros de caminata y de 20000 a 30000 Ar para el guía.

Circuitos SIBE. La región de los tsingy ofrece muchos otros atractivos a los excursionistas y a los amantes de los bellos paisajes, las culturas tradicionales y la botánica. Bajo el acrónimo SIBE, es decir, «lugares de interés biológico y ecológico», se han agrupado otras diversas rutas, todas al oeste de Bekopaka, cerca del canal de Mozambique.
Por lo general, se sale de Bekopaka hacia el pueblo de Soatana y se llega al lago de Andranobe, un complejo lacustre en el que es posible pasear en canoa. La noche se pasa en Masoarivo.
Al día siguiente se visita el lago Antsamaka, el lugar perfecto para admirar los flamencos rosados (Samaka) u otras aves como garzas, garcetas, cercetas malgaches, patos dorsiblancos... Luego se continúa por el bosque de Tsimembo: magníficas especies vegetales, bosque seco típico del oeste de la isla, lémures y fosas en su entorno natural. Finalmente, se visita el lago Bemamba, donde también es posible navegar en canoa a través de los laberintos que forman los juncos, los nenúfares y los jacintos de agua, o a través de los soberbios manglares del estuario de Masoarivo.
Esta excursión puede durar de uno a tres días, según desee. Algunos sitios son accesibles en 4x4 durante la estación seca, de mayo a noviembre, pero a menudo es necesario terminar a pie. Soatana está a 36 kilómetros de Bekopaka (dos horas en coche), Masoarivo una hora más lejos y Bemamba (final del circuito) a unas dos horas y media de Masoarivo.
Se duerme en las viviendas de los habitantes locales y las comidas son típicas malgaches. Quienes prefieran dormir al aire libre también pueden hacerlo: hay una zona de acampada en Masoarivo.

Este museo se inauguró en 2018 en las alturas de la ciudad, en una hermosa casa tradicional. En su interior encontrará películas realizadas a partir de fotos antiguas digitalizadas (1860/1960), exposiciones temáticas de fotos antiguas y un espacio para descubrir fotógrafos contemporáneos. En el exterior, el jardín, tranquilo y relajante, ofrece una suntuosa vista de la ciudad. También merece la pena visitar el Café del Museo, donde podrá disfrutar de una sabrosa pausa en un ambiente íntimo.

Excursión de un día con un paseo de unas 2 o 3 horas, guiado por un profesional que nos ilustrará sobre la fauna y flora del entorno, así como sobre los usos y costumbres. El programa incluye la recogida de frutas y especias, una visita al alambique de ylang-ylang (¡la finca cuenta con nada menos que 1.100!), una exposición sobre la historia y las tradiciones de Sakalava y una comida completa con acento criollo y malgache. El parque, de 30 hectáreas, está situado en un entorno magnífico. También se puede comprar pimienta, nuez moscada, cúrcuma, mostaza y otras semillas de sésamo

El mar Esmeralda, cuyas aguas bañan la bahía de las Dunas (des Dunes), es un verdadero paraíso para los amantes de las aguas turquesas, las playas desiertas (excepto cuando hay muchos grupos de visita) y el esnórquel (buceo con máscara y tubo). Los windsurfistas y los kitesurfistas alcanzan aquí su nirvana. Desde mediados de junio hasta principios de septiembre, el viento puede ser muy fuerte, lo que hace que esta excursión sea menos atractiva (además, la laguna está turbia). En cambio, es la mejor estación para las actividades que requieran viento. Por lo tanto, recomendamos hacer esta excursión por la mañana, antes de que el viento tome vida. Un imprescincible.

Descenso en piragua. Puede elegir entre dos opciones: tres días/dos noches hasta Antanambao o cuatro días/tres noches para llegar a Belo sur Tsiribihina. Para preparar adecuadamente su viaje, negocie con los piragüistas directamente allí (por ejemplo, en el hotel La Pirogue o en el Baobab). Evitando intermediarios pagará menos y podrá tener una idea clara de su compañero de ruta (o más bien, compañero de río). En efecto, esta es la primera preocupación de los viajeros: ¿cómo elegir un buen piragüista, simpático, buen cocinero, que hable bien inglés o francés y que no se arriesgue zozobrar la embarcación a la primera cambio?

En diciembre de 2012 se produjo un accidente (otro) que causó la muerte de un turista y de un guía malgache. Así que no suba con más de tres clientes por piragua y, si el tiempo se complica, pida inmediatamente detenerse en la orilla. Entre finales de noviembre y finales de marzo es imposible lanzarse a esta aventura, es demasiado peligroso, incluso aunque los guías juren lo contrario.

Es obligatorio registrarse en el Ayuntamiento de Miandrivazo, con su piragüista, antes de comenzar esta aventura: un seguro relativo en caso de problemas. Calcule 5000 Ar en virtud de la ley comunal y 1000 Ar para la hoja de información que deberá rellenar para la policía de Miandrivazo. Normalmente el guía se encarga de estos trámites.

Es bastante difícil concretar cuál es la tarifa para todo el viaje, que depende del número de pasajeros. Calcule al menos 150 € por persona (para los tres días), incluyendo las comidas, el equipo completo de acampada, la canoa y los servicios del piragüista + guía. E incluso puede costar 200 € para un servicio de mayor calidad. Por no hablar de una buena propina para el piragüista, que luego tiene que remontar el río. Recuerde cubrirse bien para protegerse del sol y llevar mucha agua. Por supuesto, es mejor que traiga su propia tienda.

El descenso en piragua finaliza en Antanambao; desde allí, hay que coger un carro de cebúes para llegar a Antsiraraka (una hora y media o dos horas aproximadamente): puede alojarse en el hotel Masoandro (bungalós a menos de 15000 Ar y comidas alrededor de 8000 Ar). Luego, un taxi-brousse puede llevarle a Tsimafana por unos 5000 Ar, desde donde es posible cruzar el río hacia Belo (transbordador gratuito para peatones pero pagando por los vehículos, unos 40000 Ar, o barco turístico a unos 5000 Ar por persona) para llegar al lodge La Saline o a Morondava en taxi-brousse, o bien a Bekopaka, al norte, para ver los tsingy. Calcule unos 15000 Ar para la camioneta/taxi-brousse que efectua el trayecto de Morondava a Antsalova, al norte de la entrada del parque, una o dos veces por semana de abril a noviembre; lo mejor es asegurarse con antelación de que habrá suficiente espacio.

Cuidado: a partir de principios de agosto, cada vez es más difícil remar por el río. Desde mediados de septiembre hasta finales de noviembre, incluso se vuelve complicado. Mentalícese de sudar la gota gorda, y es posible que hasta deba parar a descansar porque ya no puede seguir más.

Descenso en barcaza. Esta es la opción confort que se adapta a todos, jóvenes y mayores. Las barcazas son a motor, utilizadas a principios de la década de 1980 para el transporte de mercancías (incluido el tabaco). Luego se destinaron al turismo. Así, ahora están equipadas con una cabina de mando, una cocina, una cubierta a la sombra y un solárium. Hay una veintena de barcazas gestionadas por varios turoperadores de Antananarivo (los precios son más o menos los mismos). Una de ellas, dirigida por la agencia Ankoay, está equipada con baños (es la única, que sepamos).

Generalmente, la expedición no sale exactamente de Miandrivazo sino del muelle de Masiakampy, a una hora en 4x4 de la localidad. Entre marzo y abril, sin embargo, a veces se puede comenzar la aventura en Miandrivazo (más práctico): consulte con su agencia.

Algunos piensan que es una buena idea burlarse de esta gente «burguesa» que decide bajar el río en pequeñas y cómodas embarcaciones (todo es relativo). Otros se ríen asegurando que el ruido del motor ahuyenta a los animales. Eso es completamente falso. Y aunque al principio el ruido pueda molestarle, se acostumbrará muy rápidamente y el descenso tomará un aire de crucero por el Mississippi en el siglo XIX. Tampoco es desagradable: uno acaba pensando que es unos de esos aventureros de la época. Además, hay que tener en cuenta que la barcaza, por muy rudimentaria que sea, es mucho más cómoda que la piragua: estará protegido del sol, que, en general, pica con fuerza.

Hay que añadir que, ya sea en canoa o en barcaza, siempre acampará en los mismos bancos de arena.

¿Piragua o barcaza? Sin hijos, y con un mínimo interés por la aventura (relativa, como hemos dicho), es mejor bajar en piragua, ya que los inconvenientes se ven compensados por el silencio que le envolverá, la sensación de ser Indiana Jones y un cierto desconcierto moral a medida que se acerca a la civilización (un sentimiento muy especial que hay que vivir).

En cuanto a la barcaza, uno de los proveedores más recomendables por su seriedad y experiencia es Espace Mada.

Un ejemplo de una ruta en barcaza. El primer día, traslado al muelle de Masiakampy. Embarque e inicio del descenso. Paisaje de Menabe: árboles de mango, plantaciones de tabaco, pueblos sakalava... Entrada a las gargantas. Vivac en un gran banco de arena. El segundo día, continúa la bajada. Parada en la inmensa cascada de Anosinampela (se requiere una entrada de 7000 Ar, generalmente incluida en el paquete de la barcaza, pero será extra si opta por la canoa) y la piscina natural (ideal para una ducha natural). A veces se realiza esta escala el primer día. Luego, se sigue con el descenso. Observación de aves: cercetas, garzas, martines pescadores, patos crestudos... Instalación del vivac. Por la noche, entretenimiento en el pueblo con canciones sakalava (las donaciones son bienvenidas para contribuir a la vida del pueblo). El tercer día, salida de nuevo al río y finalización del viaje alrededor del mediodía.

Una magnífica excursión que disfrutará más si la realiza en quad o en bicicleta de montaña. En primer lugar llegará a la bahía de Sakalava (magnífica e ideal para la práctica de deportes náuticos, especialmente windsurf y kitesurf); después, a la bahía de las Palomas (Pigeons) conocida por ese nombre porque, en el pasado, sus alrededores estaban cubiertos de un denso bosque donde habitaban multitud de palomas, codornices y tórtolas); y, finalmente, contemple la bahía des Dunes antes de acabar su excursión en la playa de Orangea y en el pueblo de Ramena (que cuenta con una playa muy bonita). La pista de arena discurre entre bosques de palmeras de Madagascar y otras especies xerófilas.

Desde Ramena también se pueden visitar las tres bahías a pie en una excursión de aproximadamente cuatro horas. Tenga en cuenta, sin embargo, que a menudo sopla mucho el viento y que el sol golpea muy fuerte. El regreso puede hacerlo en autostop, en taxi (previa reserva) o en 4x4, si ha contratado los servicios de un guía.

Construido en el siglo XX, el canal de Pangalanes tiene casi 700 kilómetros de longitud y une Farafangana con Toamasina, ciudad portuaria situada a su salida. El nombre de Panganales procede de Ampangalana, que significa «lugar donde se toman a cargo o se embarcan las mercancías».

En Mananjaray, una visita al puerto fluvial, en la entrada de la ciudad, resulta imprescindible. Numerosas embarcaciones, grandes y pequeñas, se cruzan sobre las tranquilas aguas del canal. Aquí se transbordan mercancías de todo tipo: madera, vainilla, cestería, frutas, pescado, piedras preciosas... Algunas embarcaciones están habitadas por familias enteras.

Los aficionados a las aventuras tipo Indiana Jones pueden contactar con un proveedor de servicios para negociar un viaje a Nosy Varika o a Mahanoro, en el norte, o para llegar a Manakara, hacia el sur. Y los más atrevidos pueden viajar en barco-brousse. Hay salidas irregulares pero seguras a Nosy Varaka por unos 8000 Ar y a Mahanoro por unos 20 000 Ar. Dormirá en medio de la carga, por supuesto, y deberá hacer frente a circunstancias extremas.

Uno de los proveedores de servicios más recomendados para cualquier minicrucero es Holidays Madagascar. Son especialistas indiscutibles en esta región. Si no, pregunte en el Vahiny Lodge, el Sorafa Hotel o la Ruta de las Especias (lista no exhaustiva).

Las excursiones de medio día cubren parte del canal artificial y ofrecen visitas a plantaciones de especias o de vainilla, y a pequeños pueblos típicos con sus tradicionales talleres de artesanos.

Necesitará todo un día de excursión (planee una noche en vivac) para ir a Ambohitsara, donde se encuentra el elefante sagrado que los árabes trajeron de La Meca en el siglo XII.

Para llegar a Tamatavese necesitan tres días en barco y 70 000 Ar. Holidays Madagascar le ofrece la excursión en un entorno más organizado.

Para bajar hasta Manakara es imprescindible una piragua, debido a la poca profundidad del agua. Se necesitan tres o cuatro días, pero es una magnífica oportunidad para realizar un itinerario muy original por el este de la isla, antes de embarcar en el tren a Fianarantsoa y las Tierras altas centrales; además, supone un cambio de escenario, ya que descubrirá pequeños pueblos de pescadores y el canal artificial. En algunos lugares, y dependiendo de la estación del año, no es posible continuar en la canoa y esta debe ser transportada por unos pocos cientos de metros (los piragüistas lo harán por usted si la aventura no le tienta demasiado). El itinerario también se puede hacer en el sentido opuesto.

Todo el mundo ha oído hablar de Nazaire, el barquero más famoso de Nosy Be, que vive en la playa de Ambatoloaka y desde donde parten sus excursiones marítimas Ahora, al frente de una docena de barcos, dirige varios equipos que llevan a los veraneantes a descubrir uno o dos islotes del archipiélago. La salida combina los placeres de la navegación con los del buceo, la visita a un pueblo, una reserva o un faro, un momento de ociosidad en una playa con almuerzo. Nazaire es un malgache de confianza que es el orgullo del pueblo.

El complejo es un punto de encuentro de fin de semana para los lugareños y está situado en un terreno arbolado a orillas del río. En cuanto al baño, hay unas 15 habitaciones recién alicatadas con bañera. Y ya que estamos, preferimos la piscina al aire libre, en un entorno más frondoso: ¡es especialmente agradable cuando hace buen tiempo! Se ofrecen masajes. La limpieza era antes un problema, pero ahora es cosa del pasado. Otra opción para los amantes de los balnearios es alojarse en el Hotel Thermal, donde los baños son gratuitos para los huéspedes.

Centro de cría y reproducción, situado en un bello paisaje: un valle sembrado de arrozales, mangos, plantaciones de lichis, un acantilado... Hay muchas plantas acuáticas y ornamentales, escarabajos, reptiles, camaleones, anfibios (entre ellos la rana roja y la rana enana o Mantella laviegata), cocodrilos, boas, murciélagos y, por supuesto, lémures: aquí se han registrado dos especies, el sifaka y el fulvuss. Los guías están bien informados. Las instalaciones necesitan una renovación.

A unos 18 km de Antsirabe, el lago Tritriva es un gran lago de cráter bastante misterioso, cuya forma evoca el mapa de Mada: muy profundo (unos 160 m), estaría atravesado por corrientes; su nivel variaría con las estaciones. El capitán Cousteau buceó allí para intentar comprender el extraño fenómeno de los sifones, que hacen que el nivel del lago descienda en la estación lluviosa y suba en la seca. Se puede llegar en moto, bicicleta de montaña (Rando Raid organiza un circuito de 40 km), bush taxi ¡e incluso a pie para los más motivados!

Para llegar, hay que dejar la carretera costera a la derecha viniendo de Hell Ville, en la carretera de Ambatoloaka (bonito bosque de teca). Atravesamos el pueblo de Antsaholana que guardan con un ojo celoso de inmensos kapokiers, luego el de Arapale, donde en temporada se pueden degustar excelentes mangos. Desde la cumbre (329 m), las vistas son espléndidas: varios lagos de cráter (incluido el de Amparibe y el de Anjabe) se extienden en la vegetación. Estos lagos son sagrados. Están habitados por las mentes de los príncipes sakalavas. Si te acercas, recuerda que en sus orillas es fady (prohibido) pescar, fumar, comer cerdo y llevar pantalones. Las puestas de sol son grandiosas, no dudes en quedarte una media hora después para disfrutar de arabescos coloreados magníficos y emocionantes.

Hace poco se acondicionaron infraestructuras: salud, puestos de artesanía y mesa de orientación con largas vistas. Se han rehabilitado rambardas y escaleras.

Hay cinco circuitos abiertos en el parque: Asaramanitra, Diavolana, Pic Boby (Imarivolantra), Imaitso e Isahavato. Es posible combinarlos o utilizar uno de los dos circuitos de enlace, desde una entrada (Namoly) y una llegada a la otra entrada (Morarano).