Los mejores museos Letonia

El Art Nouveau es un movimiento artístico nacido en Francia a finales del siglo XIX. Se basa en la estética de las líneas curvas y nació como reacción a la excesiva industrialización del siglo. Si le interesa el Art Nouveau, este museo merece una visita. Ocupa el antiguo apartamento del arquitecto letón Konstantīns Pēkšēns (1859-1928), responsable de más de 250 edificios en la ciudad. El museo recrea un apartamento de clase media de los años 20. En su página web, sugerencias de itinerarios sobre este tema para descubrir la ciudad.

Si no sabe nada de arte letón, saldrá mucho mejor informado, ya que este museo ofrece una retrospectiva de todos los movimientos artísticos del país, desde sus orígenes hasta la actualidad. En el sótano, a través de grandes ventanales, se pueden ver las colecciones ocultas del museo. Es bastante original y no hay que perdérselo. Por último, en la planta baja, no olvide echar un vistazo a las obras de artistas contemporáneos letones y a las exposiciones temporales.

Construida en el siglo ^XVII por los holandeses David y Margarethe Hoyer, es la casa más antigua de Liepāja. Viuda, la señora Hoyer abrió una posada para ganarse la vida, llegando a recibir al zar Pedro el Grande. Tras una meticulosa restauración, la casa es ahora un museo. En la planta baja se han recreado la posada y las habitaciones privadas de la señora Hoyer y su familia, junto con un restaurante que sirve cocina de la época. La primera planta, que ocupó el notario Christoph Wilhelm Stender en el siglo ^XIX, se ha amueblado al estilo de un interior burgués de la época.

En medio de un bosque de 100 hectáreas se han recreado aldeas típicas letonas de los siglos XVIII^{y XIX}. Estas granjas, casas de madera, iglesias y molinos de viento ofrecen un panorama de los diferentes aspectos de la vida rural en las provincias letonas, y una buena oportunidad para familiarizarse con la artesanía de cada una de ellas. Los visitantes son recibidos por personal ataviado con trajes de época. Verano: festivales de danza folclórica y ferias de artesanía.

Este museo, situado en el edificio de la Bolsa de Rīga, magníficamente renovado, hace el orgullo de los letones. Encontrarás obras de la antigua Egipto, de la antigua Grecia, de Roma, del Lejano Oriente y de la India, que datan del siglo XV a nuestros días. Las exposiciones temporales cambian cada mes.

Uno de los hombres más ricos de Letonia, Jānis Zuzāns, ama el arte y, a lo largo de los años, ha amasado la mayor colección de arte letón del mundo. Esta colección está magníficamente expuesta en Zuzeum, en una antigua fábrica de corcho. Aquí, artistas locales e internacionales dialogan sobre temas muy diversos, utilizando medios de expresión igualmente variados (pinturas, esculturas, instalaciones, etc.). Hay mucho para estimular la imaginación y alimentar la curiosidad. También hay mediadores de arte para comentar las obras. Una verdadera ventaja.

Conozca la rica y turbulenta historia de Letonia, desde la prehistoria hasta finales del siglo ^XX. Aunque el museo es un poco de la vieja escuela y carece de explicaciones en idiomas distintos del letón (hay fichas explicativas en inglés), posee una impresionante colección de diversos objetos, vestimentas, documentos, etc. que cuentan la historia de una fascinante epopeya nacional. Está previsto que el museo regrese al castillo de Riga una vez finalizada su renovación.

La fábrica de vidrio, fundada por los rusos, data de 1887 y fue durante mucho tiempo la principal fuente económica de la ciudad. En el museo, en la última planta del edificio, hay muchas piezas como vasos, platos, lámparas, jarrones... marcados por las épocas y estilos relacionados con ellos. Afectada por la crisis, la fábrica cerró sus puertas en 2009, pero el museo sigue acogiendo a los visitantes en cualquier época del año previo acuerdo.

Este museo de la historia del tren en Letonia es una buena visita para toda la familia, pero también atraerá a los aficionados a la historia y a la mecánica. Descubrirá varios vagones de la época de la ocupación soviética y alemana, así como fotos de archivo en una gran sala de exposiciones de ladrillo. El museo cuenta con la mayor colección de vehículos de tamaño natural de los Estados Bálticos, así como uniformes, billetes y otros objetos relacionados con el ferrocarril.

Cuando Letonia cayó bajo el control de la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, muchos artistas se exiliaron, voluntaria o involuntariamente, durante los cincuenta años siguientes. Por ello, el museo se ha propuesto reunir las obras de estos artistas desarraigados, así como las de artistas contemporáneos que trabajan en otros lugares: pinturas, esculturas, instalaciones y mucho más. Como un hilo rojo, encontramos recuerdos y símbolos que unen a todos estos artistas con la madre patria.