Restaurantes cocina del mundo Georgia

Situado en la avenida del nuevo complejo balneario, es un inmenso restaurante, moderno y folclórico a la vez, especializado en cocina de Ayaria. Una buena síntesis del nuevo Batumi, que es moderno y tradicional a la vez. Dispone de numerosas salas con unas magníficas vistas al mar (está al borde de la playa); a dos kilómetros del centro. La cocina es suculenta y las especialidades numerosas.

Este nuevo restaurante, emplazado en la misma orilla del mar, está especializado en pescado —algo que hasta entonces faltaba en la ciudad portuaria—. Decoración folclórica y de diseño, algo caro, pero con un excelente servicio, muy buen pescado y los mejores vinos georgianos.

Un bistró europeo fundado por un empresario y aventurero bávaro. Es un refugio en el que se dan cita los exiliados occidentales de Tiflis, en el barrio de Vera, donde viven muchos de ellos. Pero algunos georgianos también van allí a probar una cocina europea simple y barata. Lejos de ser un restaurante de élite, encontrará buenos platos del sur de Alemania, franceses (crepes) o italianos. También sirven los mejores vinos georgianos y se puede comer un khachapuri. El ambiente es familiar, y se puede ir simplemente a tomar una cerveza.

Un lugar cálido y animado, en un pequeño patio interior de la calle Lessélidzé. Comida local por precios módicos en un ambiente tranquilo durante el día, más animado por la noche. Música en vivo ocasionalmente. Servicio rápido. Ideal para picar algo durante la visita al viejo Tiflis e impregnarse del ambiente de la juventud local. Podrá degustar ensaladas frescas o los platos georgianos más populares. Un lugar estupendo para relajarse al final del día, con una copa de vino y buena música.

Este restaurante instalado en un pabellón a primera línea de mar, en el puerto antiguo, con su idílica terraza en verano, es un local emblemático de la ciudad. Típicamente, se viene aquí a degustar un khashapuri adjaruli viendo el mar y el puerto y tomando una cerveza o un café. Hay sitio directamente en el muelle, en la terraza de arriba, en el interior. Buena comida, bebidas que calman la sed o reconfortan, buen servicio y un ambiente variado.

Si busca al especialista en khashapuri ayaro, ese pequeño pan relleno de queso, este es el lugar indicado. Saradjakhama es un lugar auténtico, más para los lugareños que para los turistas, y uno de las más famosos de la ciudad por su especialidad. Es, por tanto, un buen lugar para conocer a los lugareños y platicar (si no hay barrera idiomática) sobre el amor mutuo por el khashapurilocal que sentirá desde el primer bocado. Ambiente agradable y personal sonriente.

Un restaurante con mucha historia: en el siglo XIX ya era uno de los dukanis favoritos de los teflisenses. El nombre y el lugar son los mismos, así como la estructura del restaurante (mesas separadas, posibilidad de celebrar banquetes, salones aparte, etc.). Es un dukani con clase, espacioso y agradable. Hay un escenario en el que tocan diferentes grupos musicales (a menudo piezas para violín o piano). El menú abarca toda la diversidad de la cocina georgiana. Los platos son deliciosos: la ternera con salsa satsivi (nueces) es especialmente excelente. Los khinkalis también son muy buenos. Sirven los mejores vinos georgianos. Los precios son bastante altos para los estándares georgianos, pero pasará una excelente velada.

La cantina del Instituto Goethe (el instituto internacional alemán) es un café muy agradable dirigido por un simpático chef georgiano que vivió en el sur de Alemania y que propone una excelente cocina suabia. Platos del día (spätzle, maultaschen), ensaladas; wifi y un ambiente agradable. 

« Viejo barco », un barco flamante subido a tierra y ubicado junto al bulevar (a mano derecha en dirección a la playa), una idea bastante kitsch pero llena de encanto. El interior es sorprendente. Ofrecen cocina georgiana de buena calidad y pescado bien preparado.

Un salón de té bastante prestigioso y el mejor lugar para probar el té de Ayaria o tomar un delicioso café turco (el de Batumi es el mejor de toda Georgia). Propone excelentes plovs uzbekos (plato a base de arroz).

Un restaurante turco de comida rápida donde se pueden

saborear

deliciosos platos de carne o verduras gratinadas, o salsas picantes, muy popular entre las comunidades turca y azerí de Tiflis (¡a menudo se puede ver allí al embajador de Azerbaiyán!). No hay menú, se observan los platos en el escaparate y se le dice al camarero lo que apetece comer. De postre, deliciosa baklava y suculento té turco. A los georgianos les gusta poner acuarios en sus restaurantes; aquí Digitürk proyecta la versión moderna: vemos películas de acuarios, ¡en plano fijo!

Auténtico local gastronómico de Tiflis, barato y de calidad; el especialista de los khinkali. Es el mayor sakhinklé de la ciudad, y uno de los favoritos de los teflisenses. Ocupa un inmenso espacio en el sótano que comprende, escalonadas a varios niveles, diversas grandes salas comunes y salas individuales que se reservan para las supras (fiestas). Los acuarios son su única decoración, típica. Las mesas están separadas unas de otras por pequeños biombos, lo que permite montar mesas de grupos; los tamadá pueden realizar sus brindis sin molestarse los unos a los otros. Hay mesas de grupo y otras más íntimas, de cuatro plazas, en las que se pueden instalar dos personas. Se puede comer muy bien y beber a razón de 10 lari por persona.

El tapizado de terciopelo rojo que recuerda la década de 1970, los espejos y la decoración anticuada, junto con los clientes vestidos con esmoquin, evocan inevitablemente esos antros repletos de humo que serían las guaridas de los Al Capone a la georgiana, sobre todo si uno se fía del rumor de que antiguamente fue un prostíbulo… Pero tranquilícese, este lugar absolutamente seguro es el restaurante preferido de las familias, de los más grandes a los más pequeños.

Una de las mejores pizzerías de Tiflis, no especialmente barata pero correcta (pizzas a partir de 8-10 lari), en el barrio más moderno y occidentalizado de la ciudad, Vake. Los georgianos tienen su partucular manera de preparar las pizzas, pero son francamente buenas.

He aquí una nueva y agradable cafetería de la ciudad a la que se puede acudir a cualquier hora del día para tomar un café o una cerveza, acompañados de delicias dulces o saladas. Se puede disfrutar de khatchapuris o bocadillos rápidos, pero también de pequeñas pizzas, platos de kebabs, bandejas de patatas fritas. Interesante carta de cócteles (con o sin alcohol). Buen ambiente local y turístico. Servicio atento y sonriente. Un café donde sentarse y disfrutar del momento.

El restaurante, que tiene una buena relación calidad-precio, puede ser una buena parada entre dos visitas a la avenida Rustaveli. El ambiente y el servicio son buenos. Ofrecen una interesante mezcla de cocina georgiana, oriental y europea. Su trucha con salsa de granada o de nueces y queso es deliciosa. Se pueden degustar alimentos básicos tradicionales como katchapuri y kinkhalis. Es el lugar preferido de los lugareños. Buenos platos que se pueden compartir con varias personas. Suficiente para reponer fuerzas antes de partir.

Un café literario típicamente georgiano, agradable para tomar una copa tranquilamente y degustar pasteles en la calle central del casco antiguo. Es moderno, intimista y situado en el corazón de la zona de ocio de los habitantes locales. 

Un buen restaurante típicamente caucasiano (preparan las brochetas en el campo), situado en la carretera de Ajalkalki.

En Vaké, este restaurante es un lugar muy popular para los vakélis, conocido por sus khatchapouris, que son deliciosos además de baratos: con queso, huevo, yogur... Le aconsejamos encarecidamente que se desvíe para encontrar este lugar, que tiene muy buena reputación en el barrio: comida buena y rápida, muy asequible, una situación en la que todos salen ganando. Además, el restaurante está abierto hasta bastante tarde, así que puede tomarse un descanso y saciarse en cualquier momento.

Situado en un sótano que da a una callejuela perpendicular a la calle principal, este restaurante ofrece en un entorno acogedor con paredes de piedra (no son realmente auténticas, pero bueno, como si lo fueran), elementos de madera y viejas fotos de la fortaleza, cocina auténtica y barata. Los khachapuri son deliciosos, y la carta ofrece algunos surtidos de cocina local que satisfarán todos los apetitos.

Café en el que se puede comer justo al lado de la playa. El lugar es muy curioso, con mosaicos y al aire libre, fue concebido por el escultor Zurab Tserteli. Menú básico, pero el local está magníficamente situado. Una cerveza y un khashapuri adjaruli deberían bastar.