LE BLING-BLING
leer másEl Bling-Bling es una caja del centro de la ciudad frecuentada por una clientela congoleña indiscutiblemente socavada y clase, más una parte de los expededores que quizás quieran escapar de la frecuentación de sus semejantes.
MARATAÏ PARK
leer másUn bar popular que se transforma en discoteca al aire libre a media tarde, con sillones y sofás alrededor de la acogedora pista de baile. La clientela local es una mezcla variopinta, desde congoleños vestidos para la ocasión a otros con ropa de diario que sólo han venido a beber y bailar hasta la extenuación, sin olvidar a los jóvenes vendedores ambulantes de Kinshasa con su pelo tricolor y sus pendientes de 10 cm. Una dirección festiva y mundana, como un trozo de la gran ciudad, en un ambiente típicamente local.
LES TROIS SAISONS
leer másCon tres DJ a partir de media tarde, la discoteca te mantendrá en la pista de baile hasta el final de la noche Es una de las guaridas de los sapeurs, que acuden a incendiar la pista de baile en un ambiente explosivo. De los éxitos internacionales a la rumba, pasando por el reggaetón, se escucha música de todas las generaciones para satisfacer a una clientela variada. El ambiente alcanza su punto álgido los fines de semana, cuando el club se llena hasta los topes al caer la tarde. También hay una terraza para los que buscan una charla tranquila.
NO STRESS
leer másCerca de la estación de tren de Brazzaville, No Stress, o más bien Calypso, el nombre de su discoteca, es un club de estilo europeo pero también más blinged-out y elitista. Se organizan regularmente actuaciones de DJ y veladas temáticas, y el local suele estar abarrotado. El local es bastante pequeño, y enseguida te sientes apretado como sardinas, pero puedes acomodarte en cómodos bancos. Desde el entresuelo, se puede apreciar el ambiente festivo del club. Una dirección agradable para los noctámbulos.
TEMPO LOUNGE CLUB
leer másEl Tempo Lounge Club, antes conocido como Rialto, es una discoteca especialmente conocida en Brazzaville, con una larga reputación. No tiene nada de excepcional, salvo que aquí se puede desahogarse hasta el final de la noche al ritmo de música variada, local e internacional. La clientela es cosmopolita: congoleños notables, expatriados de todas las edades. El establecimiento es dinámico y organiza regularmente veladas temáticas, como karaoke y afterworks. Las peticiones suelen ser muy fuertes. El ambiente es cálido y acogedor.