Las vacaciones están pensadas para desconectar, para relajarse, es decir, para alejarse de los problemas de la vida cotidiana. Pero incluso cuando estamos de vacaciones, no somos inmunes a los pequeños contratiempos que pueden acarrear mucho nerviosismo. Un coche averiado, una cartera perdida y, a veces, la pérdida de las llaves del piso o la casa que alquilamos. Por supuesto, estés donde estés, siempre puedes llamar a un cerrajero, pero hay una serie de trampas que debes evitar. Es importante asegurarse de que se trata de una empresa en la que se puede confiar plenamente y que hará un buen trabajo, sin timos.

Las principales trampas que hay que evitar al contratar a un cerrajero

Cuando se está de vacaciones, se necesita un cerrajero si la llave se ha roto en la cerradura, se ha olvidado en casa o se ha perdido en algún sitio. En lugar de pasar por el buzón para ver si hay algún folleto que pueda resultar ser una estafa, es mejor pedir consejo a un vecino o navegar por Internet para encontrar una empresa de confianza.

En la red, evite las empresas que ofrecen servicios polivalentes y prefiera las especializadas únicamente en este oficio. Comprueba que la página web contiene información importante, como la forma jurídica, el nombre de la empresa, los datos de contacto y la dirección de la sede social. También es aconsejable tomarse la molestia de llamar a varias empresas para explicarles el problema y comparar precios. En este campo, la factura puede duplicarse. Por ello, conviene preguntar por el coste del desplazamiento, el tiempo necesario para realizar el trabajo, la duración del mismo, el coste de la cerradura o cilindro a cambiar y la garantía.

Adoptar la actitud correcta hacia el cerrajero

Para asegurarse de que el cerrajero es honesto, debe plantearse hacer varias preguntas directamente. Él o ella no se ofenderá y seguramente apreciará compartir su trabajo con usted. Lo primero que debe hacer es pedir un presupuesto exacto y por escrito. Algunos cerrajeros sin escrúpulos pueden cambiar toda la cerradura o taladrarla cuando no es necesariamente necesario, o incluso dañar la puerta para tener que cambiarla.

En este caso, no dude en pedir una reparación sencilla, es decir, abrir la puerta, y si hay cosas que cambiar, espere al día siguiente para llamar a otras empresas y comparar presupuestos. Por último, una vez finalizada la intervención del profesional, es necesario emitir una factura adecuada. En ella deben figurar la fecha, los datos de contacto del inquilino y del prestador del servicio, y datos como las piezas cambiadas y su precio, los gastos de desplazamiento, la tarifa horaria y el tiempo empleado en el trabajo. Por supuesto, todo ello debe estar sujeto al tipo de IVA.

Propietarios de pisos y casas de alquiler, es preferible blindar las puertas

Si la pérdida de una llave por un inquilino o una llave que se rompe en la cerradura son cosas que no se pueden prever, hay al menos un ámbito en el que los propietarios pueden tomar medidas eficaces: evitar la intrusión de ladrones. Sí, las casas de vacaciones suelen ser víctimas de intrusos e instalar una puerta blindada es la mejor manera de detenerlos. Existen soluciones y esta inversión puede merecer mucho la pena para proteger su propiedad, así como la seguridad y el confort de sus veraneantes.