Estancia : Por la Ruta del Patrimonio Mundial de la UNESCO en Alentejo, Portugal

Évora es una ciudad museo con una historia tan rica que toda la ciudad ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fundada antes de la ocupación romana, alcanzó su época dorada en el siglo XV. Su carácter único procede de sus casas encaladas, decoradas con azulejos y balcones de hierro forjado, que datan de los siglos XVI, XVII y XVIII. Otros lugares de interés son un templo romano, una imponente catedral, casas pintadas, una universidad construida en el siglo XVI y la singular plaza del Giraldo.

Las Festas do Povo de Campo Maior, cerca de Portalegre, se convirtieron en Patrimonio Mundial de la UNESCO en diciembre de 2021. Estas fiestas tradicionales son famosas por su tradición de adornar decenas de calles del centro histórico de la ciudad con miles de flores de papel hechas a mano por los vecinos. Con meses de antelación, los habitantes de Campo Maior confeccionan los adornos de papel para transformar sus respectivas calles en un campo de flores. En esta localidad del Alentejo, la fiesta sólo se celebra cuando los vecinos votan a favor.

Elvas es una ciudad fuertemente fortificada encaramada a una colina. Las murallas albergan estrechas calles empedradas y una majestuosa catedral que domina una animada plaza central. La ciudad, fuertemente fortificada desde el siglo XVII hasta el XIX, cuenta con estrechas calles adoquinadas y una majestuosa catedral que domina la animada plaza central. La ciudad, fuertemente fortificada del siglo XVII al XIX, posee el mayor sistema de murallas y fosos secos del mundo. Dentro de sus murallas hay cuarteles y otros monumentos militares, así como iglesias y conventos. El castillo, las fortalezas y el majestuoso acueducto de Amoreira, de 7 km de longitud, forman parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Estremoz es conocido desde el siglo XVI por sus figuritas de barro, que representan a diversos miembros de la comunidad, así como ciertas tradiciones regionales. Estas estatuillas, delicadamente elaboradas y pintadas, están reconocidas por la UNESCO. La evolución de las figuritas de Estremoz comenzó cuando se contaba la historia de Cristo a través de un diorama de la Natividad. Las figuritas no religiosas surgieron entonces como una forma de arte por derecho propio, contando historias locales. Estas pequeñas maravillas de arcilla son el resultado de un proceso de producción de una semana. Primero se ensamblan las distintas partes de la figura antes de cocerlas en un horno de cerámica.

Alcáçovas y la chocalheira

La chocalheira es una forma de arte característica de Alcáçovas y forma parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Los cencerros se fabrican a mano con hierro conformado en frío, doblado sobre un yunque hasta darle forma de copa. Pequeñas piezas de cobre o estaño se fijan alrededor de la base de hierro y se envuelven en una mezcla de arcilla y paja. Estos cencerros ancestrales producen un sonido reconocible al instante y se hicieron un hueco en el paisaje sonoro de la región hace más de 2.000 años.

El cante alentejano es una canción a dos voces interpretada tradicionalmente por los trabajadores del campo, caracterizada por melodías distintivas sin acompañamiento musical. Utilizada en otro tiempo por los pastores para localizar a su ganado, crea un paisaje sonoro fácilmente reconocible en las zonas rurales. Las historias que cuentan estas canciones son tan bellas que han llegado a oídos (y corazones) de personas de todo el mundo, convirtiéndose en parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Le invito a que venga a escuchar el alma del Alentejo.

También puede encontrar Cante en cafés y asociaciones locales, o en el nuevo Museu do Cante (Museo del Cante) en Serpa.

https://www.visitalentejo.pt/fr/blog/les-terres-musicales-de-l-alentejo/

El noble arte de la cetrería figura en el registro del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO. Esta relación entre el hombre y el ave, una de las más antiguas de la Tierra, se exhibe cada día en la Real Cetrería de Salvaterra de Magos, cuya magnífica arquitectura del siglo XVIII es tan espectacular como la interacción con los halcones. Algunas de las especies de rapaces que alberga la Real Cetrería surcan los cielos desde la Edad Media. El espectáculo es tan sobrecogedor hoy como entonces.