Los mejores restaurantes Región Capital

Encontrará este lugar ajeno al paso del tiempo en una antigua comisaría del puerto construida a principios del siglo XVIII. Un entorno de postal al borde del canal, frente a los barcos que se deslizan suavemente por el muelle. Se puede disfrutar desde la terraza o sentarse cómodamente en el interior, junto a las ventanas. La cocina es de gran calidad, inevitablemente inspirada en el mar (fiske frikadeller y varios tipos de arenque en la carta) y preparada por un chef que ha ganado varios premios prestigiosos, entre ellos el sello Euro-toques y el Michelin Bib Gourmand.

La historia de este restaurante comienza en 1898 con la instalación de una empresa de alquiler de embarcaciones, entre bote y bote de remos. No pasó mucho tiempo hasta que un modesto café abrió allí sus puertas. Desde entonces, se puede disfrutar de excelentes aperitivos a medio camino entre la cocina francesa y la danesa (el smørrebrød obliga...) a buen precio y, sobre todo, en un entorno único. Situado en un pontón amarrado junto al canal, rodeado por las fachadas del siglo XVIII de Christianshavn, se come ¡entre patos y barcos de todo tipo!

Si tiene ganas de mar, este restaurante se encuentra en un barco amarrado en la isla, al pie del puente de Langebro. Su especialidad: el marisco. Pero si no le gusta el marisco, siempre hay un plato de carne en la carta. Sería una pena no aprovechar el entorno y la vista panorámica del Diamante Negro. Todos los años el restaurante participa en la Diningweek, dos semanas de gastronomía con un menú de tres platos a precio único. La cocina se elabora con los productos más frescos de temporada.

Su colorido cartel llama la atención, situado sobre una casita de madera construida en un pequeño jardín y que alberga un restaurante vegetariano y ecológico. Es como estar en el campo y, para completar la ilusión, los aseos también están en el jardín... Una dirección para ecologistas o no, y para nostálgicos de los sabores de antaño. En cualquier caso, para todos los amantes de los lugares auténticos que no reniegan de sí mismos. En este caso, además, el restaurante está regentado por voluntarios, así que no espere demasiado del servicio. Limítese a vivir el momento, ¡porqué es muy divertido!

Si siente nostalgia, diríjase al Café Wilder, donde la cocina danesa tiene influencia francesa, en un restaurante que desprende un tierno aire familiar. Marisco gratinado, huevas de pescado y tostadas de brioche, buey a la bourguignon... Un ambiente agradable y relajado. En cuanto al vino, no se sentirá fuera de lugar gracias a las numerosas botellas francesas que se ofrecen. Le recomendamos el pan de brioche con mantequilla y tartar de buey picado, yema de huevo confitada, mayonesa de estragón, pepinillos y cebollas fritas, acompañado de una ensalada verde. ¡Riquísimo!

Un poco alejado del bullicio turístico de Nyhavn, este elegante restaurante prepara platos que combinan marisco y verduras gurmé elaborados y presentados en refinadas preparaciones. El local se distribuye en varios niveles: un agradable patio entre edificios de los siglos XVII y XVIII, caldeado por una chimenea exterior; una sala en el piso superior con una decoración más íntima; y un reservado para aperitivos privados. El ambiente general es muy acogedor, con velas y pinturas marinas que añaden un toque portuario; es precioso y muy bueno.

¡Comer en casa de un lugareño! ¡Qué gran idea! Meet the Danes' es un concepto creado y fundado en 2001 por Anett Waeber, residente en Copenhague. La asociación le permitirá comer o cenar con una auténtica familia danesa durante su estancia. Como en Dinamarca se cena temprano, el horario es entre las 18.30 y las 22 h aproximadamente, pero puede acordar otros horarios con su anfitrión. El menú incluye tres platos y bebidas (vino o cerveza). Los anfitriones invitan sobre todo a cenas o comidas de fin de semana. Es normal, ya que también tienen su trabajo.

El Granola forma parte del Hotel Central, el hotel más pequeño del mundo. Aunque tampoco es muy grande, este bonito restaurante tiene ese nosequé que lo hace encantador nada más entrar. Parece de otra época, de los años 1920 o 1930. La cocina, inspirada en la brasserie francesa, es sencilla pero de calidad. Desde tortillas revisitadas hasta tartar de ternera, pasando por ensaladas y papillas de frutas... Detrás del mostrador, las paredes están adornadas con botellas, así que puede que le apetezca un cóctel de la casa.

Para cambiar el ritmo del tradicional smørrebrød, Famo es una famosa osteria que sirve cocina italiana tradicional de la más alta calidad, con productos de temporada. El menú es obra del chef Fabbio Mazzon. Residente en Dinamarca desde hace veinticinco años, se hizo un nombre en el mundo de la alta cocina antes de convertirse en su propio jefe. Buena carta de vinos italianos y buenos consejos del personal. El establecimiento está agradablemente situado en Østerbro, frente al lago, con vistas a los cisnes y las gaviotas.

En este restaurante junto al mar, inaugurado en 2014, sirven marisco y pescado fresco. El chef Daniel Kruse presta especial atención a la presentación de sus platos, creando una cocina muy moderna y pulida. En el menú del día: vieira/pepino/calabaza y alcachofa de Jerusalén/yema de huevo/jamón para los entrantes, filete de ternera/calabaza/apio-nabo/patata para el plato principal. Y no se han olvidado los postres. De hecho, ¡la casa fue galardonada en 2018 por la Danish Dining Guide con el título de Postre del Año! Así que ¡guarde un poco de apetito! Preciosas vistas desde la terraza.

Cocks & Cows Tivoli es un rincón instalado en la plaza gourmet de los jardines de Tivoli. Tómese una hamburguesa y una cerveza para relajarse después de un viaje en las montañas rusas. El local comparte espacio con otros catorce puestos de comida, por lo que no es posible reservar mesa; pero siempre hay mesas disponibles en el comedor, incluso en la agradable terraza, donde podrá admirar unas magníficas vistas mientras come. Otros dos establecimientos le esperan en Copenhague: Gammel Strand y Skt Peders.

La decoración es rústica y sencilla, con vegetación por todas partes pero sobre todo en el plato, ya que la profesión de fe de Souls es el veganismo. Este restaurante fue creado por dos amigos de origen australiano y su credo es«eat like you give a fork». Desde el desayuno hasta el brunch o desde la hora de la comida hasta última hora de la tarde, sirven alimentos sanos, ecológicos y locales. Le hará un favor a su cuerpo y al planeta. Los daneses así lo han entendido y Souls han ganado numerosos premios desde la apertura del restaurante. ¡Todo un espaldarazo para sus fundadores!

Esta crepería bretona tradicional (tortas de sartén y crepes) en el centro del barrio latino, con terraza, es una institución. No es exótico, pero es agradable. Servicio y carta en francés.

Mcjoy's exhibe el espíritu escocés de un pub abierto en Nyhavn para los marineros de las Highlands. Así que aquí hay una atmósfera so Scottish. Sin embargo, la carta ofrece una selección que mezcla platos locales (una trilogía de arenques marinados) con platos británicos que ya se han convertido en internacionales: fish and chips (¡excelentes y abundantes!). A Le Futé le gustó la acogedora terraza, el patio protegido del viento en segunda fila y el bar con un sinfín de dispensadores de cerveza en el entresuelo. Se puede venir aquí a comer algo, a tomar una copa o a disfrutar de una animada velada con el programa musical.

¡Qué fantástica arquitectura de madera la del Paafuglen! Una estructura totalmente acristalada a modo de invernadero con, en su interior, una decoración de parque de atracciones, muy acorde con el ambiente de Tivoli y que nos transporta a nuestra infancia primero por los ojos y luego por los sabores. Aquí, el menú está repleto de clásicos conocidos que se sirven rápidamente, para que pueda disfrutar tranquilamente de su cena antes de que empiece el espectáculo o después de disfrutar de las atracciones del parque. Smørrebrød, salmón, paté en croûte, escalope a la vienesa, tarta de limón merengado...

Pico Pizza: como su nombre indica, es un lugar para picar mini pizzas. En versión verde, sin gluten o gourmet. Pizzas, pero no solo pizzas. El menú a la carta incluye ensaladas de temporada, aperitivos de aceitunas o almendras, tiramisú y... ¡unos cócteles que se han convertido en imprescindibles donde los haya, para deleite de los amantes de la coctelería! Este está en Nørrebro, pero encontrará otro local en Vesterbro. Y por si fuera poco, el comedor es magnífico y la terraza es estupenda, ¡de día o de noche!

Es un lugar estupendo para venir entre semana y disfrutar de una completa gama de bocadillos clásicos o veganos. Para abrir el apetito: pan de masa madre y de centeno, queso comté, salami y beicon, huevos revueltos con mantequilla de avellanas, una mezcla de cereales con salsa ranchera de hierbas, pepino encurtido y fruta fresca, skyr de granola y gofre de suero de leche con crema de mascarpone... Saldrá lleno y encantado porque todo es fresco, fresco. También puede optar por el smørrebrød, un brunch los fines de semana, o por sus cócteles, que también le han dado popularidad.

Bronx ofrece una alternativa a la cocina danesa, con una variada carta de hamburguesas, nachos y ensaladas para comer en el local o para llevar. Su ubicación es ideal, justo al lado del ayuntamiento y de Tivoli. Es un lugar acogedor, con cabinas de madera para dos, cuatro u ocho personas. Aunque la comida rápida no sea la mejor —hay que decir que después de varios días en Copenhague el paladar se vuelve refinado y selectivo—, los platos son más que generosos. Así que la relación calidad-precio sigue siendo muy buena.

Un establecimiento sin igual, situado justo al lado del hotel Go City. Bonita y luminosa sala de estilo industrial. Amplia terraza soleada bajo los sauces llorones. Tranquilidad garantizada. Una carta de ensaladas y bocadillos abundantes y sabrosos. El menú del brunch incluye productos ecológicos, cocina sana y opciones veganas. Los cruasanes son tan crujientes como se pueda desear. Las sonrisas siempre están presentes, aunque no haya hecho reserva. Le buscarán una mesita en un rincón para sentarse. ¡Otro local en el barrio de Nørrebro!

Es imprescindible reservar si quiere evitar las colas en las que se enredan lenguas de todo el mundo. El lugar es muy popular. ¡No todos los días se puede comer en el Parlamento danés! Se entra por el patio interior. En lo alto de la torre del Parlamento, Tårnet abrió en 2014 y ofrece unas vistas impresionantes de Copenhague. El chef Rasmus Bo Bojesen (que ha trabajado en restaurantes con estrellas Michelin en Francia y Japón) revisita los clásicos con un nuevo espíritu y ofrece Nueva Cocina Nórdica siguendo el hilo de las estaciones.