Literatura primitiva y moderna

Aunque en general se acepta que la literatura escrita surgió en Rajastán hacia el año 1000 d.C., se conservan muy pocas obras. Por ejemplo, la copia más antigua del poema épico Prithviraj Raso data del siglo XVI, mientras que se cree que el poeta de la corte al que se atribuye, Chand Bardai, vivió en la segunda mitad del siglo XII. Por tanto, es probable que otros autores lo modificaran según sus caprichos, y sigue siendo difícil discernir las partes originales de esta descripción de una batalla que, por lo demás, carece de fundamento desde el punto de vista histórico. Lo cierto es que este texto fue escrito en braj, una de las primeras lenguas que adquirió forma literaria, antes incluso que el hindi, aunque fue utilizado principalmente por poetas místicos que dedicaban sus obras a Krishna (como hizo la célebre poetisa Mirabaï, fallecida a mediados del siglo XVI ) dedicándole canciones de amor llamadas bhajan. La religión fue, pues, una de las primeras fuentes de inspiración, al igual que el folclore popular, que dio origen a la historia de amor entre Dhola y Maru, de la que existe una versión específica de Rajastán.

En la época medieval aparecieron crónicas guerreras como la Kanhadade Prebandha de Padmanābha ( siglo XV), reconocida como uno de los mejores poemas en dingal, la lengua propia de los charanes. Esta casta, formada por bardos -pero también por campesinos y comerciantes, ya que su arte no siempre satisfacía sus necesidades, a pesar de que los cargos de kaviraja (poeta e historiador del Estado) les estaban generalmente reservados- se considera el origen de la mayor parte de la literatura medieval, que adoptó la forma de khyat, prosa histórica, pero también de un sinfín de géneros poéticos basados en una métrica precisa. El primer escritor rajastaní "moderno", Suryamal Misran (1815-1868), nació de esta estirpe. Erudito y políglota que alcanzó la categoría de poeta nacional, su texto más notable, Vansha Bhaskar, se compara a menudo con la perfección encarnada en una de las dos joyas de la antigua literatura india, el Mahābhārata. Por desgracia, la historia repercutió en su obra de ficción, pues el reino de Bundi, al que estaba vinculado, cayó bajo el yugo del protectorado británico, mientras él mismo participaba en el movimiento por la independencia. Los 12 volúmenes que había previsto inicialmente para su epopeya se redujeron, pues, a 8, lo que no impidió su considerable influencia. Murari Dan, su hijo adoptivo, se dedicó entonces a completar su obra.

Desde la independencia hasta hoy

La independencia llegó finalmente en 1947, alentada por poetas nacionalistas ("yug Charan") como Kanhaiyalal Sethia (1919-2008), autor del poema Dharti Dhoran Ri, cuyos versos se convirtieron en la letra del himno rajastaní. Este nuevo periodo de la historia fue documentado por Gayatri Devi, la tercera esposa del maharajá Sawai Man Singh II, que escribió sus memorias(Une princesse se souvient, publicado por Robert Laffont) y cuya vida aventurera sigue inspirando a escritores(La Maharani de Jaipur de Isaure de Saint-Pierre, publicado por M. de Maule). También coincidió con un verdadero reconocimiento de la literatura, como demuestra la Sahitya Akademi fundada por Nehru en 1954. Este organismo también concede premios literarios, uno de los cuales recayó en 1979 en Rama Mehta (1923-1978), que se dio a conocer con su novela Inside the Haveli (traducida por Kallash éditeur: À l'ombre du haveli), en la que ofrecía magníficos retratos de las mujeres de Rajastán. Otro laureado eminente fue Narayan Singh Bhati (1930-1994), célebre tanto por su poesía(Barsan Ra Degoda Dungar Langhiyan, 1981) como por sus esfuerzos por preservar los textos antiguos. También podríamos mencionar a Abdul Vaheed y Bhanwar Singh Samaur como galardonados con el premio Sahitya Akademi: el primero por su novela Gharano, que abogaba por el buen entendimiento entre religiones, y el segundo por Sanskriti ri Sanatana Deeth, que coronó una carrera de 50 años. Por último, el dramaturgo Arjun Deo Charan, nacido en 1954, es el centro de atención de la Academia, ya que su reputación le ha propulsado a lo más alto de un podio indiscutible, gracias no sólo a sus obras de teatro(Meh Reja The Parja), sino también a sus otros géneros: poesía(Ghar Tau Ek Nam Hai Bhrosai Rau) y novelas(Dharam Judh, Uchhalo).

Vijaydan Detha (apodado Bijji) optará a un galardón no menos prestigioso en 2011, cuando su nombre sea propuesto para el Premio Nobel de Literatura. Detha, nacido en 1926 y fallecido en 2013 en Borunda, su ciudad natal, había adquirido fama internacional. Escritor prolífico, combinó influencias que iban desde el autor indio Saratchandra Chatterjee hasta escritores rusos, que le guiaron para escribir no menos de 800 relatos cortos y otros poemas Vijaydan Detha es uno de los autores rājasthānis cuya voz traspasa fronteras, privilegio que comparte con Alka Joshi que, aunque vive en Estados Unidos, se ha ganado al público con una trilogía que tiene como telón de fondo su país natal y que actualmente está siendo traducida a nuestro idioma por la editorial Hauteville: La chica de los tatuajes de Jaipur (2021) y El secreto de Jaipur (2022).

Sin embargo, la nueva generación se asocia más fácilmente con la capital india. Fue en Nueva Delhi, en 1915, donde nació el precursor, Khushwant Singh, que en Tren a Pakistán (1956) relató las terribles disensiones entre musulmanes e hindúes en el momento de la independencia; esta historia fue llevada al cine cuarenta años después. Entre los autores contemporáneos se encuentran Gita Mehta (nacida en 1943), Vikram Chandra (nacido en 1961) y Kiran Desai (nacida en 1971), cuyas obras son representativas de hacia dónde camina la literatura india actual: retratar un país que avanza hacia la modernidad sin renegar de sus tradiciones. La primera ofrece una sorprendente descripción de la India a la que regresa cada año en Le Serpent et l'échelle (Albin Michel), mientras que Vikram Chandra, que también vive en el extranjero, ha decidido jugar la carta de la novela negra en Le Seigneur de Bombay (Pocket), tras explorar el género histórico en Les Tigres d'Allah (Le Livre de Poche). Por último, la más joven de la familia aborda la cuestión de la identidad femenina e india en La Perte en héritage, publicada por Fides en Montreal.