Los más bellos parajes naturales por descubrir Sinaí

Una excursión que no debe perderse bajo ningún concepto. El colorido cañón es una de las maravillas naturales del Sinaí y puede visitarse desde Dahab. En este lugar mágico, donde las rocas juegan con los colores, se sumergirá en cautivadores laberintos de paredes estrechas. Aquí las rocas calizas son amarillas, moradas, rojas, magenta y doradas, y alcanzan alturas de hasta 40 metros. El silencio y la paz están a la orden del día. Entre 1 hora y 30 minutos y 2 horas para una caminata algo agotadora, que requiere algo de escalada. El cañón sólo puede visitarse con guía.

"El Fiordo" es el apodo de esta colorida cala del Golfo de Aqaba. Situado a 15 km al sur de Taba, el Fiordo es un lugar de inmersión resguardado por una bahía protegida. Los arrecifes de coral son deslumbrantes. Los buceadores experimentados pueden aventurarse en el agujero Fjord, un lecho de coral a 16 m de profundidad, con un agujero que desciende hasta los 24 m. Los buceadores menos experimentados pueden observar la gran variedad de peces y corales en el arrecife poco profundo con forma de plátano. Para el resto, disfrutar de la calma de la bahía y de las aguas turquesas.

Tras un hermoso crucero para llegar a la isla, podrá visitar las ruinas de un castillo defensivo de los cruzados construido en 1116 por Balduino ^I de Jerusalén. El castillo pasó a manos de Salah el-Din en 1170 y de los mamelucos en el siglo ^XIII. Se han encontrado artefactos del siglo ^II a.C., así como vestigios de cimientos de las épocas helenística y bizantina. Otro atractivo de esta excursión es la oportunidad de nadar y bucear lejos de las multitudes en las aguas cristalinas.