El Parque Natural de la Península de Llevant es una visita obligada durante una estancia en Mallorca. Con una superficie de 1.670 hectáreas en el noreste de la isla, hay muchas zonas naturales especialmente bien conservadas, protegidas y catalogadas. Esta zona montañosa es una delicia para los excursionistas, que disfrutan rodeados de una rica fauna y flora. También está el litoral, que, como en muchos otros lugares de Mallorca, revela calas de aguas translúcidas que contrastan a la perfección con la naturaleza que las rodea. En su recorrido por el Parque Natural de Llevant, no dejará de detenerse en sus pueblos emblemáticos, ricos en valioso patrimonio. Se pueden ver edificios antiguos a ambos lados del territorio. Por último, no debemos olvidar visitar la zona situada al sur del parque, donde las actividades deportivas están muy desarrolladas y donde podemos disfrutar de unas condiciones de baño idílicas.

El Parque Natural de Llevant y su belleza natural

El Parque Natural de Llevant es una zona que atrae sobre todo a los amantes de la naturaleza. Decenas de rutas señalizadas permiten recorrer el paisaje con tranquilidad y descubrir su gran diversidad. Los aficionados a la bicicleta de montaña también pueden practicar ciclismo. El entorno se caracteriza por el relieve del Puig Morei, el Puig des Porrassar y el Puig de sa Tudossa, los picos más altos. La vegetación también es variada, con zonas de matorral típico mallorquín y bosques de encinas y pinos.

A lo largo de la ruta, también se puede pasar por campos de olivos, algarrobos, almendros e higueras, que cubren cientos de hectáreas. En efecto, el hombre ha encontrado en estas tierras espacios formidables para el cultivo. Como zona de larga tradición agrícola, también ha sido necesario quemar periódicamente árboles y arbustos para que crezcan las plantas autóctonas y alimentar a cabras y ovejas. Estas plantas cubren ahora amplias zonas del parque. Es evidente que varias especies animales han fijado su residencia en el Parque Natural de Llevant. Algunos son endémicos, como la curruca balear, el caracol y el escorpión de las cavernas. También podrá disfrutar observando garduñas, erizos, sapos verdes, ginetas y otras tortugas mediterráneas. Y no olvide mirar hacia arriba para comprobar que el parque es un paraíso ornitológico, con la presencia de cormoranes moñudos, halcones peregrinos, milanos reales, águilas calzadas y alimoches. Las dos últimas especies están protegidas en las Islas Baleares.

Parque Natural de Llevant: el litoral en el punto de mira

El Parque Natural de Llevant también cuenta con una hermosa costa. Impresionantes acantilados y cuevas bordean el Mediterráneo, que se engalana con sus más bellos tonos de azul. Alrededor de Capdepera, la costa forma parte de la Reserva Marina de Llevant, un lugar ideal para bucear y observar los arrecifes de coral y la fauna.

Dentro del parque hay dos reservas naturales. Bautizadas como Cap Ferrutx y Cap des Freu, albergan hermosas calas de aguas turquesas que atraen a los bañistas que desean refrescarse y disfrutar de un ambiente paradisíaco con llamativas formaciones geológicas de fondo.

También hay playas de arena. En los días más calurosos, los excursionistas del Parque Natural de Llevant no pueden evitar tomarse un descanso en Cala Torta o Cala Mesquida. Esta última, rodeada de suaves colinas y enmarcada por rocas, rivaliza en belleza con las lagunas más bellas del mundo. Junto con su vecina Cala Agulla, forman una reserva natural. No hay edificios hoteleros a la vista, sólo el placer de estar en el corazón de un espacio natural preservado, ideal para practicar deportes náuticos: snorkel, paseos en barca de remos, surf en primavera y otoño, cuando sopla el viento y provoca olas sorprendentes.

Ciudades que no hay que perderse, contemplación del patrimonio

La visita al Parque Natural de Llevant incluye también sus pueblos más emblemáticos. Artà es un pueblo que atrae por su autenticidad y tranquilidad. Preservada del turismo de masas, es una parada interesante para pasear por las calles medievales de su centro histórico. Podrá admirar las hermosas casas señoriales, antes de dar un paseo por la plaza de España y el museo regional de Artà, dedicado a la historia de la parte oriental de Mallorca. Artà también está dominada por una colina donde se alza orgulloso el oratorio de Sant Salvador. Data del siglo XIII, está rodeada por un sublime recinto amurallado y es un lugar de visita obligada por sus vistas del pueblo y la naturaleza que lo rodea.

Capdepera, el pueblo más oriental de Mallorca, es otra visita obligada. Aquí también disfrutará paseando por sus calles medievales y observando sus casas señoriales del siglo XIV y otros edificios centenarios. Una vez en el castillo, pasear por las murallas de esta impresionante fortaleza es una oportunidad para contemplar los tejados anaranjados de la ciudad y su magnífico entorno natural. Otra visita obligada es el faro de Capdepera, que se alza en medio de un paraje natural excepcional y permite divisar Menorca en los días despejados.

Practicar senderismo en el Parque Natural de Llevant es una excelente manera de descubrir la historia y la arquitectura. Puede detenerse al pie de las torres defensivas que dominan el mar, como la Atalaya Moreia, del siglo XVI. No lejos de Artà se encuentra el yacimiento arqueológico de Ses Païsses, con las ruinas de uno de los poblados talayóticos más representativos de la isla.

Parada en la parte sur del Parque Natural de Llevant

Si la parte norte del parque sigue siendo la más salvaje y preservada, la parte sur no carece en absoluto de interés. Hay lugares increíbles como las cuevas de Artà, no lejos de la hermosa playa de Canyamel. La sucesión de cámaras revela estalactitas y estalagmitas de formas impresionantes. Para que conste, estas cuevas inspiraron a Julio Verne para escribir su novela Viaje al centro de la Tierra.

Cala Millor es el lugar perfecto para detenerse unos días y disfrutar de las numerosas actividades que ofrece uno de los centros turísticos costeros más importantes de Mallorca. Hay muchas tiendas, bares y restaurantes para darse un capricho, salir y disfrutar de la gastronomía. También están las hermosas playas de Cala Millor y Cala Bona, donde podrá tomar el sol y bañarse. Los aficionados al golf tienen la oportunidad de probarlo en Son Servera y Golf Pula Resort. Las rutas de senderismo y los carriles bici permiten descubrir la naturaleza circundante.