Los mejores restaurantes Santa Maria

Una estructura original con forma de burbuja, una amplia zona exterior con juegos para los niños y un futbolín para los más grandes. Este snack-bar es lo suficientemente agradable como para detenerse a tomar una copa o un aperitivo, aunque también sirve platos más consistentes: bocadillos a la carta, hamburguesas... Su ubicación es perfecta a pocos pasos de la playa. En verano, es el lugar ideal para hacer una pausa y comer. Es imposible no reconocer el establecimiento ya que es el único que tiene esa apariencia en la isla de Santa Maria.

Ideal para recuperar fuerzas después de nadar. La ubicación es magnífica, se puede escuchar la espuma de las olas mientras se saborea la comida. Además de los platos de carne y pescado, también ofrecen especialidades tradicionales, siempre que se hayan reservado el día anterior. Si se queda varios días en el lugar, tenga muy presente esta opción ya que los platos son realmente deliciosos: no podrá probar comida más autóctona que esta en la isla.

Una fachada roja que contrasta con un interior gris y un suelo de piedra natural marcan la pauta. Aquí nos encanta la estética. Los platos, los productos, todo está pensado para que los platos sean tan buenos como bonitos, y es un gran acierto. En la carta, una cocina con múltiples influencias: portuguesa, por supuesto, pero también libanesa y japonesa. Pescado de las Azores, hummus... ¡una maravilla! Todo cocinado con productos de temporada. Tenga en cuenta que los horarios de apertura son como el propio restaurante: atípicos. Recuerde reservar con antelación.

Tras la diminuta fachada de este merendero de la calle principal se esconde una brasserie muy acogedora. Paredes de ladrillo, un gran mostrador de madera y una carta para gourmets: desayunos variados, carnes y pescados a la brasa, pitas, hamburguesas caseras, o incluso unas tapas para degustar con una selección de cervezas especiales, entre ellas "A Nossa", una cerveza artesana de Santa María. Para picar algo, o incluso de postre, el snack bar también ofrece una muy buena carta de crêpes dulces y salados, algo poco habitual en las Azores.

Un restaurante con forma de paquebote e impresionantes vistas junto al mar. Decoración de diseño, amplia terraza y un espacio preparado para la organización de veladas en verano... Frecuentado por turistas y azorianos en temporada alta, es el mejor lugar para disfrutar del ambiente de la isla, especialmente después de los conciertos del festival Maré de Agosto, que se celebra justo al lado. En cuanto a la carta, incluye platos internacionales: crepes, hamburguesas... pero también deliciosos platos elaborados con queso local. Buena relación calidad-precio.

Se encuentra poco antes de llegar a la playa. Cierra los martes. Hay que tenerlo en cuenta por su terraza de verano y… porque no hay muchas más opciones.

Este agradable snack bar de la calle principal tiene un ambiente joven y relajado. Para tomar un plato del día o desayunar, leer un libro con un café o saborear uno de sus muchos postres caseros, el local es muy popular entre los lugareños, que también se reúnen aquí por la noche para tomar una copa y jugar a los dardos. En la parte trasera, una gran terraza cubierta permite disfrutar del jardín en los días de lluvia. El café también organiza regularmente conciertos y menús especiales. Un lugar animado en pleno centro

Restaurante dirigido por el mismo gerente que la Casa de São Pedro. Un buen lugar para degustar pescado o carne, sobre todo porque los precios son muy correctos.

Especialmente conocido por sus platos para llevar, y sobre todo por sus carnes. Se cocinan perfectamente en la barbacoa y se sirven con deliciosos boniatos, entre otros ingredientes. Para los amantes del pescado, también hay algunos en la carta. Los platos del restaurante son razonables y los precios, relativamente bajos. Las porciones siempre son generosas y los productos de calidad, además de ofrecer una sala bastante moderna y camareros muy agradables. La elección de los vinos también es impecable, al igual que los postres. Quedará satisfecho desde el principio hasta el final de la comida.