Los mejores restaurantes Madagascar

Siempre lleno de gente, es el lugar de encuentro oficial de residentes y turistas de paso. Situado en el hotel del mismo nombre (también muy popular), la clientela se encuentra con una atmósfera ruidosa pero siempre muy agradable. La carta ofrece platos de todo el mundo y delicias locales como el confit de pato casero, el tartar de cebú, las brochetas mixtas, el pastel de merengue de limón... Es bastante turístico en general, pero se come muy bien y la relación calidad-precio es notable (excepto en el caso de los licores). En el refrescante patio, cada mediodía (excepto los sábados) se puede disfrutar de un bufé completo. Por la noche, la parte más animada es el bar. Al lado, el Saka Express, abierto todos los días de 11 a 21 h, ofrece tentempiés, pizzas, paninis, kebabs y dulces a buen precio —para tomar in situ o para llevarse al hotel o a casa—.

¡Cómo se le puede poner un nombre así! Se podría pensar que es un tugurio más y, sin embargo, se trata simplemente de la mejor mesa de Menabe y, nos atrevemos a decirlo, de casi todo Madagascar. Desde la presentación perfecta y refinada hasta los sabores en el paladar, proponen un verdadero viaje culinario a precios ridículos en términos de calidad. La carta, sobre una gran pizarra, da prioridad a los productos frescos y locales: pescado, gambas, camarones, langostinos, filete de cebú, verduras y productos frescos locales cuando es posible. Una especie de nueva cocina malgache que sienta muy bien. Además, el servicio es igualmente impecable. Recomendado sin moderación.

Este restaurante es apreciado por los buenos paladares que se reúnen alrededor del bar, en el entrepiso o abajo, en la sala principal. Desde hace muchos años, Philippe y su equipo acogen con simpatía a los amantes de la buena comida. Una interesante bodega acompaña una cocina de calidad que huele a la cocina tradicional francesa: terrina de ancas de rana gratinadas, espinazo de cerdo con rebozuelos, manitas de cerdo con judías pintas, conejo a la sidra con torreznos, carne de caza (cerceta, civet de jabalí, codorniz...). Por la noche es recomendable reservar puesto que rara vez quedan mesas libres.

Bruno, Dominique y ahora su hija Sophie, le darán la bienvenida a la que actualmente es la mejor mesa de la isla. Bien decorado (baños incluidos), este restaurante dispone de un salón y de una adorable pequeña terraza junto al mar. Menú variado y tentador a más no poder, con los raviolis de cebú con salsa de champiñones como plato estrella: una verdadera maravilla. Por lo demás, carpaccio de mar XXL, lasaña de cebú, pinchos de pescado y camarones, langosta a la parrilla, medio coquelet a la parrilla y a las hierbas, camembert arrebozado asado en una cazuela... De postre, los profiteroles o el granizado de piña con albahaca completan una comida exquisita. Además, el trato es excelente ¡y le ofrecerán ron aromatizado! Consuma sin moderación. En 2017 inauguraron dos nuevos bungalós de hormigón encerado, madera y piedra vista en el baño. Un gran establecimiento.

Ubicado en una magnífica mansión colonial reformada (antiguo Piment Banane), la gente acude por su ambiente elegante y contemporáneo, sus amplias terrazas y su gran bar. Aquí se celebran regularmente exposiciones y conciertos. Proponen una cocina de calidad, con los grandes clásicos (foie gras, magret de pato...).

Un restaurante de acento italiano con una decoración limpia y cálida (incluso en los baños) y una cocina más que convincente. Es una pena que hayan aumentado tanto el precio y que hayan reducido las cantidades, pero sus platos son, sencillamente, deliciosos. Filete de mero, calamares frescos al jengibre, filete Rossini..., todo acompañado de buenos vinos italianos. La terraza y el patio de atrás son muy agradables. Una de las mejores opciones de la ciudad. Por la noche, los platos son similares a los del Karibo de Ambatoloaka (ambos restaurantes comparten dueño y personal).

Para muchos es el mejor restaurante de Tana, o uno de los mejores, con un servicio eficiente y una regularidad ejemplar. También es uno de los lugares más encantadores y sorprendentes de la capital, con su sucesión de coches antiguos aparcados en el patio de la entrada y sus numerosas colecciones de objetos antiguos que se exponen como en un museo para que parezca que este no es en un lugar para comer. Atmósfera tranquila pero con un carácter notable, acogedor de día, florido en la terraza (bonitas vistas), romántico por la noche. Un menú fresco y ligero al mediodía (carpaccio de pez capitán, ensalada de verduras ecológicas, tartar de pez espada, lenguado tropical frito, brandada de mero...), y más sofisticado y gastronómico por la noche: ensalada de cangrejos de río con hojas de hortalizas, codornices estofadas rellenas de setas y fuagrás, estofado de pato con cacao, blanquette de bonito con acedera, etc. Los precios son un poco altos para Madagascar, pero muy razonables teniendo en cuenta la calidad de los platos. Aquí puede reunirse para una comida de negocios o una cena romántica. Bonito y confortable bar junto al restaurante.

Situada frente a la escuela, la casa de Stefano es el local de moda en Toliara. Muchos karanes (indios emigrados a Madagascar) vienen aquí a comer, pero lo más recomendable son los helados (una oferta variada y de los mejores de Madagascar), los zumos de frutas naturales y las sombrillas para protegerse del sol. ¡Las pizzas y los paninis ya son un plus!

Muy buen menú: sopa de camarones, ensalada de mariscos, camarones o langosta a la parrilla, turnedó a la pimienta... Grandes cazadores que ofrecen con frecuencia una excelente carne de caza. De postre, ¡déjese tentar por su mousse de chocolate! Un buen establecimiento. Para que conste, el restaurante fue construido originariamente en el sitio del actual Hotel Palissandre, en 1988.

Nath ofrece comida buena y asequible y pizzas (la especialidad, que puede suponer un cambio con respecto a otros restaurantes de Sainte-Marie) para degustar en una pequeña terraza cubierta en la parte trasera. También se puede disfrutar del entorno tomando una sencilla copa. Dispone de bungalows dobles o familiares, así como de bungalows de playa con instalaciones sanitarias compartidas para los más modestos. La acogida de Nath es especialmente cordial y ha hecho que apreciemos esta pequeña dirección durante años

Como en el hotel, en el restaurante Analatsara ofrecen un menú excelente y un servicio de calidad. En el menú, clásicos revisitados: pollo a la parrilla con miel y jengibre, espaguetis con aceite de trufa blanca y fuagrás, estofado de cebú, langosta y cigala a la piedra, civet de zourite (pequeños pulpos) o romazava de pescado con mandioca, una delicia. Por último, los amantes de los dulces podrán abalanzarse sobre los postres locales para descubrir nuevos sabores: pasteles caseros, carpaccio de mango, pastel de songe o bombón de coco y vainilla o de canela.

Le Marais es una oda al mundo culinario de lujo. Lanzado en 2019 por entusiastas de la comida y el caviar, el restaurante presume de un entorno ultra chic en la última planta de un edificio y ofrece cocina de primera. Excelencia, tecnicidad y creatividad hacen de este lugar un éxito. Todos los platos se preparan al momento con productos frescos seleccionados. Le invitarán a entrar en la cocina (rodeada de ventanales) para descubrir el saber hacer de un equipo perfectamente formado. El caviar es aquí el centro de atención y la selección de vinos es admirable. Se lo recomendamos

Una estupenda opción en la playa. Cabe apreciar lo que ofrece (terraza sombreada, cabañas típicas de paja, bar), la calidad de su cocina (lo lleva el mismo equipo que el del Grand Hôtel de Antsiranana) y sobre todo el bufet de los domingos, una alternativa perfecta para las familias.

Si bien el lugar es mejor conocido por su muy buen restaurante, Mexicoco también cuenta con cuatro habitaciones muy simples, con mosquitero, aire acondicionado, baño individual y una pequeña terraza privada que da a un patio tranquilo. Los precios son bastante bajos. Desde la habitación hasta el restaurante-bar, sólo hay un paso, que es muy práctico. El restaurante está en el mismo tono, bien decorado, amigable, y a un paso de las tiendas y entretenimiento de Diego.

Mariette Andrianjaka es toda una institución en Madagascar. Comendador de los Cordons Bleus de Francia en 1985, acumula una gran cantidad de distinciones: las paredes de su casa están cubiertas de títulos o diplomas. Y es precisamente en su casa donde esta adorable cocinera nos invita para degustar una deliciosa comida en un ambiente de table d'hôtes (mesa de huéspedes). Vive arriba y solo atiende por encargo, por lo que es aconsejable llamar y reservar. Todo el mundo la conoce, ya que a menudo representa a la Gran Isla en asuntos de gastronomía. Sería una pena dejar Tana sin probar su tatao (siete platos reales), por ejemplo. No hay carta, sino un menú establecido y de calidad que descubrirá por la noche al sentarse en la mesa del salón. Único... pero no barato.

Cerca del pequeño mercado, en un barrio popular, este es un establecimiento muy concurrido por viajeros y residentes. Se sentará en un rickshaw acondicionado (a los niños les encanta, a los altos, un poco menos), y la cocina es de calidad. Buenos pinchos de cebú, excelente puré casero, camarones al pastis, fuagrás casero... Cabaret una vez al mes en temporada.

Samson, excocinero del Princesse Bora, estableció hace un par de años su propio restaurante en la costa este de Santa María, a orillas del manglar de Ampanihy. Se trata de un chef experimentado, no de un aprendiz: Samson también está a cargo de la restauración del Festival anual de las Ballenas y en el pasado tuvo un restaurante frente a Ravoraha. Es especialista en mariscos (camarones, cangrejos) y pescados, ofrece platos de bajo presupuesto y alta calidad, un imprescindible. El lugar también merece un comentario, porque le pueden organizar una excursión al manglar o un fantástico paseo en quad.

Alejada del bullicio de la ciudad, la Terrasse de Tydouce ofrece un agradable descanso en un entorno verde y tranquilo. Un menú refinado entre tierra y mar: fricasé de gambas, medallones de filete de cebú a la plancha, morcilla criolla a la sartén, filete de cerdo al ajillo o incluso sesos con setas porcini. Aquí podrá degustar platos originales y de calidad garantizada. También apreciará el tranquilo jardín y el interior especialmente bien decorado. Además, el menú del día ofrece una excelente relación calidad-precio. Se lo recomendamos

El Petite Cour, inaugurado en mayo de 2017, ya es considerado el mejor restaurante de Mahajanga. La presentación fantástica, los platos muy apetitosos y la gran carta de vinos se unen para ofrecer una cocina de estilo europeo inspirada en los productos frescos disponibles.

Una visita obligada a la cocina asiática en Antsirabe. Instalado en una antigua carnicería, una bonita choza de paredes anaranjadas, con terraza, todo muy bien decorado, Conterno ofrece especialidades asiáticas a precios bajos. Woks, tiras de cebú con salsa Teryaki, rollitos de huevo, arroz frito... todo recién hecho por encargo. La espera a veces puede parecer un poco larga, pero el resultado en el plato merece la pena. ¡No te vayas sin probar el helado casero! Exquisito. El café helado tampoco está mal.