EL CALABOZO DE JOUY
El Donjon de Jouy, construido sin duda en un antiguo campamento romano, es la punta del iceberg que fue el castillo de Jouy. Totalmente desaparecido hasta el siglo XIX, vendido desapercibido piedra por piedra, el castillo de Jouy sólo disfruta de su calabozo para representarlo… en sesión permanente. Dominando el valle de l'Aubois y el estanque de Jconfeslet, en 1191, el orgullosa edificio resistente tomó la plaza de un fortin transformado por Pierre de Courtenay, nieto de Luis VI el Gros y emperador latino de Constantinopla. Por haber encontrado un sello de Edouard III, se subodula que durante la guerra de Cien Años, las compañías inglesas se mueven allí. Después de 1374 hasta la Revolución Francesa se sucedieron muchos propietarios renombrados, de Pierre de Giac, Canciller de Francia de 1379 a 1388, pasando por Louis de Bourbon, Charles de la Guiche hasta Jules-Hardouin y la marquesa de Arpajon, gobernante de Marie Antoninette… como los habitantes de aquella época construyeron sus casas con sus piedras, tenemos derecho a suponer que muchas casas de aquella época tienen en su mayoría… algo del castillo de Jouy. En cualquier caso, desde entonces el esqueleto del calabozo sigue estando en pie y se incluyó en el inventario adicional de monumentos históricos el 27 de marzo de 1926.