RÉSERVE NATURELLE DE YANKARI

Es la única reserva de Nigeria donde aún pueden verse animales salvajes en su entorno natural. Inaugurada en los años sesenta, vivió su apogeo en los ochenta, convirtiéndose en un destino clave para los turistas locales. Pero a partir de la década de 2000, el deterioro de la seguridad en el norte y la falta de mantenimiento provocaron su declive. En los últimos años, el yacimiento ha resurgido y atrae a nuevos visitantes, pero la precaución sigue estando a la orden del día en lo que respecta a la seguridad.

La infraestructura hotelera es testigo del pasado encanto del lugar: chalés diseminados entre la vegetación, pero ahora muy básicos. La electricidad sólo se suministra si el número de huéspedes justifica el uso de generadores; de lo contrario, hay que depender de la red nacional, a menudo defectuosa. El agua corriente no está garantizada, por lo que la experiencia está reservada a los viajeros más resistentes, que deben llegar con provisiones de agua y comida. Por ello, la mayoría de los visitantes se conforma con una excursión de un día, que incluye un safari seguido de un baño en el manantial Wikki Warm Spring.

En cuanto a vida salvaje, Yankari no rivaliza con los grandes parques de África Oriental, pero ofrece un cambio de escenario: gacelas, facóqueros, monos y algún león o hipopótamo. Los safaris suelen durar menos de dos horas, ya que el parque es pequeño. Lo mejor es venir durante la estación seca, cuando la escasa vegetación y los pocos abrevaderos facilitan la observación de animales.