MONASTÈRE DE ZAVALA
Monasterio ortodoxo serbio situado en la entrada norte del pueblo de Zavala, que alberga una modesta iglesia de una sola nave.
Fundado en 1271, este monasterio ortodoxo serbio (Manastir Zavala/Манастир Завала) está situado en la entrada norte del pueblo de Zavala, que tiene unos 180 habitantes (77% bosnio-croatas y 23% bosnio-serbios). Alberga preciosos frescos realizados en 1619 por el gran pintor y monje serbio Georgije Mitrofanović (c. 1550-1630), que se formó en el Monte Athos, Grecia. El complejo está construido en las laderas del monte Ostrog (710 m sobre el nivel del mar) y está adosado, ofreciendo hermosas vistas sobre el valle de Popovo Polje. Está formada por edificios recientes: fue arrasada por los oustachis en 1942 y sólo se salvó la antigua iglesia dedicada a la Presentación de la Santa Madre de Dios (donde se encuentran los frescos). Junto con los monasterios de Žitomislić (en Buna, cerca de Mostar) y Tvrdoš (en Trebinje), es uno de los tres principales lugares ortodoxos serbios de Herzegovina. Fue aquí donde el santo serbio Basilio de Ostrog, oriundo de la zona, comenzó su vida monástica a la edad de 7 años, en 1617. Según la tradición local, el complejo fue fundado en el siglo IV por Constantino, el primer emperador romano considerado cristiano y que fundó el Imperio Bizantino. Desde 2004, el monasterio y la cercana cueva de Vjetrenica están incluidos juntos en la lista indicativa de la Unesco para el Patrimonio Mundial.
Iglesia y frescos. Construida en sillar y cubierta de pizarra, esta modesta iglesia de una sola nave del siglo XIII recuerda a la capilla de un asceta. Esta impresión se ve reforzada por los muros norte y oeste, que se apoyan en las rocas del monte Ostrog. Se entra en el nártex por el sur, separado de la naos por un muro de tres tramos. Un iconostasio de piedra bastante reciente delimita el altar reservado al clero comunero. En el lado oeste, la bóveda es más baja: soporta la sala secreta donde se guardaba el tesoro del monasterio. Fieles al estilo arcaico del siglo XIV (la edad de oro de la Iglesia serbia), los frescos conservan los colores vivos que le gustaban a Mitrofanović. Destacan los cuatro retratos de Cristo en la parte superior de la bóveda. El pintor las colocó en círculos inscritos en cuadrados para crear la ilusión de cuatro cúpulas sobre pechinas. Jesús aparece como niño (Cristo Emmanuel), con alas (Ángel del Gran Consejo), como hombre de mediana edad y como anciano (Anciano de los Días, una tradición bizantina). También cabe destacar la bella composición de la Presentación de María en el Templo (la dedicación de la iglesia) y la escena de la Flagelación entre el ciclo de la Pasión.