CHUTES DE KRAVICA

Estas cataratas (Vodopad Kravica) figuran entre las más bellas de Europa. Se encuentran a 7,5 km al sureste de Ljubuški. Desgraciadamente, el lugar se ha echado a perder por culpa de una urbanización espantosa: caminos de hormigón, pasarelas de plástico sobre el agua, cafeterías-restaurantes de dudoso gusto y una zona de baño delimitada por antiestéticas boyas. Este complejo, que se vende con el nombre inglés deOasis in Stone, es también el lugar más caro del país. Aquí, el río Trebižat salta desde una altura de 26 a 28 metros sobre un vasto arco de círculo de 120 metros de ancho. Este afluente del Neretva lleva miles de años depositando aquí pequeñas partículas de toba, que con el tiempo han formado suntuosas cascadas rodeadas de exuberante vegetación. Es cierto que las cataratas de Kravica recuerdan, en versión miniatura, a las de Iguazú, en la frontera entre Argentina y Brasil. En las alturas, a lo largo del sendero que baja del enorme aparcamiento, se conservan dos antiguos molinos de piedra de la época otomana. Sin embargo, debido al número de visitantes, en verano el aparcamiento es de pago. Otro factor negativo a tener en cuenta antes de plantearse una visita aquí. Alternativa gratuita: las cascadas de Koćuša (Koćuša Vodopad), cerca de Veljaci, 10 km al noroeste de Ljubuški. Aquí, el río Mlade cae 5 m de altura y unos 30 m de anchura, poco antes de unirse al Trebižat. Es otro buen lugar para bañarse, con bancos, restaurante, aparcamiento y un molino en funcionamiento.