A unos sesenta kilómetros de la ciudad de Poro se encuentra el pueblo de Niofoin, probablemente uno de los pueblos más pintorescos de Costa de Marfil. Desde que se pavimentó la carretera Korhogo-Boundiali, sólo se necesitan unos quince kilómetros de pista para llegar a este asombroso lugar. Aunque es la capital de una subprefectura, Niofoin parece no haber podido nunca abandonar completamente su condición inicial de pueblo para convertirse en ciudad, y se distingue por la cohabitación dentro de ella de dos estilos arquitectónicos y estilos de vida muy distintos. En su corazón, el barrio-pueblo original de Niofoin, Niboladala, es una resistencia: reunidos en una procesión silenciosa y decidida, como para hacer frente a la invasión progresiva de los edificios permanentes, sus adorables chozas con paredes de banco y techos de paja (cada cabeza de familia tiene una choza cuadrada, áticos cuyo número atestigua su opulencia material y una choza redonda para cada una de sus esposas) reafirman con gracia infinita la primacía del vínculo inalterable de la población local con la tradición y lo sagrado (un hecho significativo es que los cables eléctricos desplegados en las cercanías evitan el pueblo sin cruzarlo). Este vínculo se encarna fuertemente a través de las dos chozas fetiche que albergan a las entidades Diby y Kalegbin, bordeadas por madera sagrada y flanqueadas por el kafoudal, un enorme andamio de madera que parece una hoguera construida y reforzada por los ancianos año tras año, tanto una fortaleza de la aldea como un sitio mortuorio donde se exponen los restos de los iniciados mientras se espera el juicio final. El Diby (el fetiche negro) tiene como objetivo preservar el pueblo de las invasiones enemigas mediante la proyección de una espesa niebla que impide cualquier incursión en el sitio. La cabaña que la alberga, reconocible por sus ornamentos tallados y decorados con motivos que recuerdan las pinturas tradicionales aborígenes y su imponente tocado cónico de paja biselada, el más grueso y elaborado de la aldea, recibe una trenza y una capa adicional de paja cada año. Al igual que los anillos del tronco de un árbol, el número de capas de paja superpuestas en su techo corresponde a su edad, que se dice que es de cien años. Diby es el depositario de los deseos y oraciones de los habitantes de Niofoin y el garante de la buena fortuna del pueblo. Tiene una exigencia muy particular para acceder a las diversas peticiones de sus fieles: el sacrificio de un perro, de ahí la presencia de numerosos collares de animales dispuestos en racimos a la entrada de su cabaña. Kalegbin, otra entidad protectora del lugar, se supone que previene cualquier epidemia, hechizo, mal destino o maldición. Gracias al tradicional pararrayos colocado en su cabaña, también tiene el poder de desencadenar la lluvia, promoviendo así cosechas abundantes. Para que conste, Niofoin fue una de las localizaciones de la película La Victoire en chantant de Jean-Jacques Annaud (1976), y durante su visita a Côte d'Ivoire en 1992, Michael Jackson había planeado rodar allí uno de sus vídeos musicales. Un santuario de pueblo que perpetúa con fuerza tranquila las tradiciones milenarias de un pueblo muy apegado a su historia, constituye un patrimonio de valor inestimable, y una de las visitas más llamativas de la región. (Fuente: www.ivoiregion.net)

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