HILO DE DESFILE
Fundado en 1979, este establecimiento ofrece a los visitantes la posibilidad de descubrir el proceso de elaboración y la historia de sus vinos más emblemáticos
Javier y Álvaro, dos hermanos con aire de vaqueros sofisticados, te dan la bienvenida a una casa de choque y encanto. Desde su fundación en 1979, Torreón de Paredes ha desarrollado su actividad vitivinícola conservando su tradición familiar. La cordillera de los Andes, a pocos kilómetros, no siempre se ve, pero se siente. Aquí hace mucho frío por la mañana y el calor no llega hasta las primeras horas de la tarde: unas condiciones excepcionales para la vid. Las aguas subterráneas de la finca proceden de las nieves eternas que cristalizan en el suelo: las uvas reciben el poético nombre de frutos de los Andes, invitando a un viaje gustativo único... En inglés o en español, la visita continúa entre las secuoyas, las buganvillas centenarias y los antiguos edificios de más de 300 años: la finca fue un lugar estratégico durante la guerra de la independencia. Un desvío a la bodega más antigua del viñedo le llevará a conocer el proceso de elaboración del vino. Su guía le contará la historia de sus vinos más emblemáticos, con cantos gregorianos. Aquí se almacena toda la producción: unas cuantas velas brillan en la oscuridad y 30.000 botellas duermen tranquilamente en la penumbra. Las uvas se recogen a mano y se someten a un riguroso proceso de doble selección. Un excelente momento para saborear algo más que los aromas del vino, la historia también tiene su lugar en esta visita guiada, y eso no nos disgusta