MERCADO DE USO

El gran mercado central de Abuja es una auténtica pequeña ciudad autónoma a cielo abierto, donde se puede encontrar de todo... y nada al mismo tiempo. Más que un lugar donde comprar, es una intensa experiencia sensorial: los gritos de los vendedores compiten en persuasión, el aparente desorden oculta una organización bien afinada, y los olores se suceden, de las especias a las verduras, del pescado a las carnes humeantes. Los deslumbrantes colores de los miles de taparrabos y ceras desplegados hasta donde alcanza la vista son un espectáculo impactante, una promesa de trajes relucientes. Aquí, la negociación es el rey: para hacer un buen negocio, hay que saber jugar a la palabrería, al teatro y al regateo, en un ballet permanente en el que nunca falta el humor. Prevea un 30% de la suma anunciada como base para el regateo. Piérdase por las zonas especializadas, entre equipos mecánicos, juguetes infantiles, zapatos de segunda mano y utensilios de uso cotidiano, y no pierda de vista a los carretilleros empeñados en transportar hasta la última de sus compras. En medio de todo este ruido, con los generadores funcionando sin parar, aún es posible tomarse un respiro y hablar de telas y patrones con las modistas locales, que pueden vestirle de la cabeza a los pies a partir de un simple trozo de tela elegido in situ. La visita, aunque a veces agotadora, es uno de los grandes momentos que hay que vivir en Nigeria: inmersión total en la energía de la capital y zambullida en un universo colorista donde, al girar cada puesto, se puede leer una parte del alma comercial del país.