CASCADAS DE ERIN-IJESHA
Una bonita carretera desde Osogbo, contemplando la densa vegetación, las palmeras y las casas de ladrillo ocre a lo largo del camino. Encantador pueblo de Ijesha en el camino, donde se puede ver a los nigerianos viviendo a un ritmo que parece muy diferente y mucho más agradable que el de Lagos. Más cerca del pueblo de las cataratas, el relieve se hace más pronunciado y una pequeña meseta de montañas tropicales ofrece un panorama muy bonito.
Las cataratas son un magnífico paseo por la naturaleza y una caminata encantadora para los aficionados. Llévese un guía para mayor tranquilidad, y negocie el precio antes de la caminata, aunque ello implique dejar al guía en una de las etapas para continuar por su cuenta. Tras el primer tramo de escalones de hormigón, sentirá cómo la humedad aumenta a medida que se adentra en el bosque, antes de llegar a la primera de las siete cascadas. El agua salpica por una pendiente de piedra negra, clara y bebida por los aldeanos (no lo intente).
Para llegar al segundo nivel, hay una subida bastante empinada (¡y resbaladiza!) seguida de un descenso corto y empinado. En este verde claro, un hilo de agua cae desde una altura de más de 10 metros: es la mayor de las siete cascadas. Se puede admirar la exuberante vegetación y los árboles con sus largos troncos que se extienden hacia la luz. El lugar atrae a muchos lugareños, sobre todo los fines de semana: los primeros niveles son alegremente animados pero también menos limpios. Cuanto más se sube, más tranquilo, íntimo y virgen se vuelve el lugar.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
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Opiniones de los miembros sobre CASCADAS DE ERIN-IJESHA
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