MINI-GOLF DE L’ILLBERG
Inaugurado hace 40 años, el 29 de mayo de 1969 para ser exactos, el minigolf de Mulhouse se ubicó en el emplazamiento de lo que hoy es la pista de hielo. Al democratizar el arte del palo y añadirle un innegable lado lúdico -¡no hay más que ver el recorrido que tiene que hacer una bola antes de llegar al hoyo! -el minigolf también permite reunir a personas de distintas generaciones (padres con hijos, abuelos con nietos, enamorados, jóvenes, jubilados, etc.) en un ambiente bucólico. El espíritu de competición siempre está presente, por supuesto, pero no es un objetivo en sí mismo. Este deporte (aunque parezca mentira) es ante todo una ocasión para divertirse con la familia y los amigos, y para echarse unas risas. Desde el final del hoyo dieciocho, podemos echar la vista atrás y recordar cuatro décadas de risas y placer compartido. A este ritmo, llegaremos al siglo antes de que nos demos cuenta. Nosotros ya lo estamos deseando.