LC2
Café, brasserie y restaurante, todo en uno, este local está bien situado en una de las escasas calles peatonales de la ciudad. El servicio es amable, con un equipo fiel que le recibirá todos los días excepto el domingo, lo que lo convierte en un lugar ideal para reunirse sin hacer preguntas. Los platos suelen ser de gran calidad, con mención especial para las carnes seleccionadas en Francia o Alemania y los moules frites (mejillones fritos) acompañados de una de las muchas cervezas que ofrece este establecimiento. LC2 es uno de esos lugares que, sin hacer olas, se hace un hueco en la ciudad y se establece como un fijo para locales y turistas. El único inconveniente es el ambiente sonoro, con una radio que a menudo desearíamos que se callara, incluso en beneficio de la charla del bar...