Guía de viaje Bova

Un hermoso pueblo de 200 almas, a 915 m de altitud, en el corazón del Parque Nacional del Aspromonte. Las estrechas calles, las casas de piedra restauradas y los palacios están llenos de la atmósfera del pasado. Un lugar mágico Para llegar a este lugar aislado y atemporal, hay que abandonar la costa jónica en Bova Marina y seguir una carretera provincial que se adentra en el interior. Se eleva gradualmente entre colinas ásperas y escarpadas, desgastadas por el tiempo y el sol, un paisaje no muy diferente de los panoramas de la Grecia continental. La analogía no acaba ahí: Bova es también la capital del Área Grecanica, o Bovesia, una isla lingüística donde se habla el dialecto grecanico, mezcla de griego y calabrés. Los orígenes de este dialecto siguen siendo oscuros: para algunos, deriva del griego bizantino. Otros, sin embargo, sostienen que se remonta al griego hablado en las colonias de la Magna Grecia. Los actos organizados por la comunidad de Bova y un pequeño Museo della lingua greco-calabra mantienen viva esta cultura. A partir del siglo XV, Bova albergó también una importante comunidad judía que ocupaba el barrio de la Giudecca, a los pies del antiguo castillo normando. En la costa, en Bova Marina, el Parco Archeologico Archeoderi conserva los restos de una sinagoga del siglo IV, la segunda más antigua de Europa Occidental después de la de Ostia. El municipio de Bova Marina, en cambio, tiene poco interés.