CIUDAD DE LA CIENCIA Y LOS ALTOS HORNOS

Ciudad de las Ciencias y altos hornos A y B.

Para los amantes de la historia, la arquitectura, el urbanismo y el diseño, la Ciudad de las Ciencias, en el entorno de los altos hornos de Belval, es un destino ineludible. Los edificios diseñados por arquitectos de renombre y las instalaciones contemporáneas entablan un diálogo fascinante con los vestigios industriales conservados. La Cité des Sciences, de la Recherche et de l'Innovation comprende un complejo de una veintena de edificios destinados a la Universidad de Luxemburgo y a centros públicos de investigación, así como a equipamientos socioculturales, viviendas y servicios administrativos. Los edificios están construidos y gestionados por el Fonds Belval, establecimiento público creado en 2002. Desde la apertura de la zona de altos hornos en 2014, el emplazamiento se utiliza también para actividades turísticas y culturales.

Descubra este lugar excepcional visitando la exposición del edificio Massenoire y los altos hornos, participando en una visita guiada o paseando libremente por la zona. Conocerá a estudiantes universitarios, investigadores y residentes de las nuevas residencias.

Visita de los altos hornos A.

Los altos hornos de Belval, patrimonio industrial de gran valor simbólico, se han conservado en un concepto único dentro de la Ciudad de las Ciencias. Fechados en 1965 y 1970, los restos de los dos altos hornos son testimonio de la época de las Trente Glorieuses, los años de auge económico tras la Segunda Guerra Mundial. Situados en el centro del nuevo distrito urbano, los altos hornos son un lugar clave para los eventos culturales y sociales de Belval.

El alto horno A está abierto al público para visitas libres y guiadas. En un recorrido señalizado, los visitantes encontrarán paneles informativos que explican el funcionamiento del alto horno, el proceso de producción del acero y los aspectos económicos. La visita comienza en la Möllerei, donde se almacenaba el mineral de hierro y el coque. La subida al alto horno, único punto elevado de Belval abierto al público, es muy recomendable, aunque requiera un poco de valor y una buena bocanada de aire (¡hay que subir 180 escalones en total!). La plataforma del alto horno, de 40 metros de altura, ofrece una vista impresionante de Belval y sus alrededores. Para conocer la historia del lugar y el trabajo de los siderúrgicos, se recomienda realizar una visita guiada.