SADARGHAT
Si te gustó el barrio de Sadarghat en Dhaka, te encantará el de Chittagong. Allí encontramos el mismo caos organizado, con el mundo en todas las calles, calles especializadas como la de los rickshaws al norte del barrio, los mismos olores que salen de las cocinas, el mismo torbellino de vida… Como en Dhaka, las callejuelas se enmarcan para perdernos y perturbar nuestros sentidos, empezando por el de la orientación. Si llegas al río y, por tanto, al ghat, ganaste. Desde allí, puedes tomar una barca para ganar la otra orilla, pero hay que tener el corazón bien colgado. El río es una auténtica carretera de carga y las pequeñas cáscaras de nueces no hacen frente a estos gigantes del mar. En la orilla opuesta, dirígete al mercado de pescado, un auténtico festival de colores y olores.