ESCURSIONI ISOLA DI GORGONA

La última isla penitenciaria activa de Europa es también la más pequeña, verde y salvaje de las islas del Parco Nazionale dell'Arcipelago Toscano. La visita a Gorgona está especialmente regulada. Las excursiones, que deben reservarse con un mínimo de treinta días de antelación, están organizadas por la Cooperativa del Parque Natural de Gorgona. La presencia diaria en la isla se limita a un centenar de visitantes.

De abril a octubre, con salida desde el Porto Mediceo de Livorno, se propone un calendario con diferentes "jornadas de descubrimiento" en la web del Parque Nacional del Archipiélago Toscano. También puede encontrar toda la información necesaria en la oficina de turismo de Livorno. Estas visitas exclusivas en grupos reducidos permiten descubrir todos los aspectos históricos, naturales y secretos de la isla de Gorgona. A pie, acompañado por un guía oficial, descubrirá las numerosas particularidades de esta isla, joya del archipiélago toscano. Empezando por el pequeño puerto y el único pueblo de Gorgona. Luego, caminando por la costa, entre el silencio y el aroma de la vegetación, descubrirá pequeñas y hermosas bahías y calas, como la Costa dei Gabbiani y Cala Scirocco, donde se encuentra la famosa Grotta del Bue Marino. Le sorprenderán las fortalezas que se levantan en la isla, como la Torre Nuova, de origen mediceo, la Pisana y, en las alturas, la Villa Margherita, construida sobre antiguos restos etruscos y romanos.

El itinerario es de unos nueve kilómetros, con un tiempo efectivo de marcha de unas tres horas (con una pausa para el picnic). Aunque es mejor estar en buena forma, esta excursión sigue siendo relativamente fácil y parcialmente sombreada, por lo que es accesible para todos. La hora de salida de Gorgona varía según el mes: a las 17 horas de abril a mayo, a las 18.15 horas de junio a octubre. Deje alrededor de 1h30 de travesía hasta Livorno.

Por último, debe saber que el centro penitenciario de Gorgona se considera a menudo como una prisión modelo. De hecho, los cerca de sesenta reclusos que hay aquí son libres de vivir al aire libre, sin alambre de espino, no encerrados en celdas. Los reclusos se encargan, entre otras cosas, de las labores agrícolas, los animales de granja y las viñas. Los pequeños caminos y senderos utilizados durante su excursión fueron, por ejemplo, creados por los reclusos presentes en la isla. Sólo a la hora del toque de queda nocturno deben volver a sus habitaciones.