PUEBLO DE NOAILLES
En Cruz-des-Bouquets, y principalmente en el barrio de Noailles, muchos artistas trabajan el metal. Todo comenzó en 1953, cuando Witt Peters, el creador del centro de arte, alentó a Georges Liautaud, un mecánico de unos cincuenta años que antes había cintado algunas cruz de cementerio, a lanzarse a la producción de hierro forjado. A su suite, los hermanos Louis Justo, Gabriel Bien Amado y Serge Jolimeau se lanzaron a la aventura. La materia se suministra por grandes barriles de fuel vacío (droum) que hay que quemar, aplanar, limpiar antes de poder rastrear las figuras que luego se desprenden. El martillo para dar relieve y vernácula completa el trabajo. Desde hace poco han aparecido fers forjados, pero a menudo son una factura más grosera. Un joven etnoólogo francés se interesó por esta nueva forma de arte y dedicó un libro.
El pueblo de Noailles vibra al son de los golpes de martillo que los artesanos tiran al metal para convertirlos en pequeñas obras maestras. Docenas de artesanos-artistas acogen a los viajeros y otros curiosos en sus tenderetes llenos de arabescos de acero y otros cuadros de hierro cortado. Preparen sus habilidades negociadoras. El espectáculo merece la pena.