CÁMARA DE ESCLAVOS MANGAPWANI
Estas mazmorras, excavadas en la roca de coral, estaban destinadas a retener a los esclavos que venían de tierra firme desde el puerto.
Qué sorpresa descubrir estas mazmorras excavadas en la roca coralina, bien ocultas por un discreto techo y un lecho de hierba verde. Construido originalmente por el acaudalado comerciante de esclavos Mohammed bin Nassor Al-Alwi, estos pocos metros cuadrados estaban destinados a albergar a los esclavos procedentes del puerto continental de Bagamoyo, en Tanzania continental. El camino a través del agua que tomaron los hombres cuando fueron descargados aún puede verse tallado en el coral.
Muchos historiadores creen que esta discreta guarida sirvió al sultán Barghah y a los ricos mercaderes para ocultar un comercio ilegal pero persistente durante años. Ya en 1872, la esclavitud fue prohibida oficialmente en la isla por los británicos, que tenían el control de la economía, o al menos de la importación de los recién llegados. Por lo tanto, bastaba con introducir hombres de contrabando para venderlos y burlar la ley. Esta prohibición no impidió que los ricos comerciantes de esclavos árabes alimentaran un tráfico ilegal desde este punto estratégico del extremo norte de la isla. Los esclavos podían ser fácilmente descargados por la noche y trasladados al mercado de Stone Town para ser vendidos. La falta de ventilación, la desnutrición, las enfermedades y los malos tratos acabaron con muchos de ellos. Visitar estos lugares, estas mazmorras de la muerte tanto en Mangapwani como en Stone Town, es horroroso. Es difícil imaginar tantas almas humanas hacinadas en tan pocos metros cuadrados, en condiciones tan abominables.