Carapacho, un pequeño pueblo en el extremo sureste de Graciosa, se enorgullece de sus aguas termales, cuyos beneficios se conocen desde 1750. Sus termas se construyeron frente al mar en 1860. Si el exterior no era muy atractivo, es mucho mejor desde la renovación que tuvo lugar entre 2016 y 2018. Hoy te espera un edificio blanco, limpio y precioso. Una vez dentro, probablemente le encantará relajarse en un baño caliente, lleno de agua rica en minerales como magnesio, cloruro y sodio. Si prefiere una temperatura más moderada, Carapacho también es conocido por sus hermosas piscinas naturales, situadas justo debajo de las termas. Una de las piscinas está cerrada, protegida de las olas y las corrientes, y puede disfrutarse incluso en invierno si no le importa el agua fría. La segunda, abierta al mar, se encuentra entre rocas de basalto. Es un lugar muy popular en verano y un sitio ideal para relajarse. También hay una zona para tomar el sol.Sobre el océano, el faro de Carapacho ofrece unas vistas impresionantes de la punta de Graciosa y la isla de Baixo. En un día despejado, se pueden ver São Jorge, Pico y Faial al fondo. Incluso hay un mirador para avistar ballenas Eso sí, tenga cuidado, ya que la carretera para llegar no está asfaltada y es de doble sentido a pesar de ser de un solo carril. Es el lugar ideal para contemplar un magnífico amanecer

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