CAMPANARIO Y COBERTIZO DE LINO
Un edificio de estilo gótico tardío, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que merece la pena visitar para admirar la vista de la ciudad.
Entre la plaza Saint-Bavon y la calle Marché-au-Beurre, el campanario de 91 metros de altura, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, domina la ciudad. Este edificio gótico era un símbolo de libertad y prosperidad comunal, pero también de poder, y solía marcar el ritmo de la vida en la ciudad haciendo sonar diversas campanas.
La Sala de los Paños. Para visitar el campanario, hay que entrar en el "mercado de paños" contiguo, un magnífico edificio del gótico tardío erigido en el siglo XV. Da testimonio de la importancia de la industria pañera en la época medieval, aunque este comercio ya estaba en declive cuando comenzaron las obras. La sala permaneció inacabada hasta los albores del siglo XX. Admira la enorme chimenea y el hogar, las ventanas y arcos decorados con follaje de piedra, y los murales pintados en 1903.
Historia. Iniciadas en 1314 según los planos del arquitecto Jan van Haelst, las obras se interrumpieron bruscamente en 1338 y duraron 20 años. En 1402, los privilegios de la ciudad se transfirieron a una caja fuerte guardada en secreto en el campanario. No fue hasta finales del siglo XIV cuando una estructura provisional coronó el edificio. Una aguja de madera con el legendario dragón de Gante indicaba también la dirección del viento. El relieve del frontón relata la leyenda romana de Simón, un condenado a morir de hambre que fue cuidado en prisión por su hija durante las visitas. En 1771, la madera fue sustituida por una aguja neogótica de hierro fundido.
Visitas. Una aplicación gratuita para smartphone ofrece explicaciones en francés. En el interior del edificio, podrá ver el dragón-torbellino de hierro fundido original que coronaba el campanario en 1377, o más bien lo que queda de él. Después podrá admirar todas las campanas del carillón, incluida una enorme "Klokke Roeland", la campana de Roland, de 6 toneladas. Sustituyó a la que Carlos V había rajado para que los habitantes recordaran su castigo con un sonido espantoso y discordante. En 1659, los hermanos Pierre y François Hemony fabricaron otras 45 campanas más pequeñas para el carillón. El trabajo de estos fundidores puede verse en un documental del museo. El carillón cuenta ahora con 53 campanas. El teclado se encuentra en la4ª planta, al igual que el mecanismo del reloj. No se pierda la oportunidad de verlo en acción cada cuarto de hora La visita incluye un ascensor para subir a la cima y admirar las vistas de la ciudad, ¡pero tendrá que volver a bajar por una vertiginosa escalera!