GRAN SITIO DE HORNU

Le Grand Hornu se creó en 1810, tras la compra de la mina de carbón del emplazamiento. El comprador, Henri De Gorge, alimentaba el sueño de hacer prosperar una empresa dedicada a la producción de carbón, y muy pronto se embarcó en una operación de renovación del emplazamiento. Bajo el impulso del arquitecto Bruno Renard, el emplazamiento se convirtió en un funcional y majestuoso complejo industrial con almacenes, talleres de construcción, establos y fundiciones. También albergó una residencia, una escuela, una biblioteca, un salón de baile, un hospital, unos baños públicos, un ayuntamiento y un estadio. Al crear un auténtico complejo industrial y social, los grandes directores mineros iban a revolucionar la vivienda obrera: las casas de los obreros y el castillo del patrón estarían uno al lado del otro, todas las necesidades estarían cubiertas dentro de la finca, se vigilaría la higiene y, como guinda del pastel, el acceso a la cultura mantendría a todo el mundo entretenido. De este modo, los grandes jefes no sólo se aseguraban de que su personal estuviera sano y protegido, sino también de tener unos simpáticos corderitos dispuestos a ir a trabajar sin rechistar en una época en la que no existían los sindicatos.

Una visita al yacimiento permite hacerse una idea de las condiciones de vida de los trabajadores de la época. El yacimiento y las minas estuvieron en funcionamiento hasta 1954. Reutilizado tras el cierre de la mina, el emplazamiento pertenece ahora a la provincia de Henao y alberga dos asociaciones culturales diferentes: el CID, cuya labor se centra en el diseño, el patrimonio y las artes aplicadas, y el MAC's, Museo de Arte Contemporáneo de la Federación Valonia-Bruselas, dedicado íntegramente al arte contemporáneo. A lo largo del año, estas dos estructuras ofrecen al público importantes exposiciones temporales de carácter internacional, así como una amplia gama de actividades para todos los públicos. El recinto es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2012.

Cuando se creó, el MAC's fue el primer gran museo de arte contemporáneo de Valonia. Se creó en la Maison des Ingénieurs. Un edificio protegido con enormes volúmenes, se presta especialmente bien a grandes exposiciones y sobre todo a instalaciones de cierto tamaño. Así, la mirada se dirige tanto a la belleza de la arquitectura (obsérvense las extrañas escaleras inclinadas originales) como a las obras expuestas.

El CID, como es obligación del diseño, expone piezas de arte aplicado, obras que, por tanto, tienen una función determinada más que ser simplemente bellas en sí mismas. Ha ocupado los antiguos graneros y establos.