LAGUNA AZUL
Un gran lugar para sumergirse en el agua cálida, lechosa y rica en minerales que brota de las entrañas en la Laguna Azul
Imprescindible en la primera visita Aquí podrá sumergirse en el agua caliente (38 °C de media), lechosa y rica en minerales que brota de las entrañas de la Tierra. Con sus rocas volcánicas negras, sus volutas de humo blanco y los destellos de aluminio de la central geotérmica, es un festín para la vista y el cuerpo. El acceso a este magnífico lugar es fácil: basta con tomar la ruta 43, que conduce a Grindavík desde la autovía Reikiavik-Keflavík.
Aunque muy solicitado por viajeros de todo el mundo, hay espacio de sobra para no sentirse demasiado apretado. La enorme piscina está bordeada en algunos lugares por piedras volcánicas cubiertas de líquenes (o nieve, según la estación). También se puede pedir una bebida en el bar semisumergido, o cubrirse la cara con una mascarilla de sílice en el bar de barro para revitalizar la piel. Una pequeña gruta de piedra volcánica y cascadas artificiales forman parte de la decoración.
Atención: el sílice de esta agua puede causar estragos en las joyas de plata. Tenga cuidado al quitárselas. Además, evite sumergir la cabeza en el agua: su pelo se convertirá rápidamente en lana de acero y necesitará varios champús para recuperar su vitalidad.
Hay dos hoteles in situ silica , que está rodeado de lava y tiene su propia laguna, y el muy selecto Retreat, cuyas suites tienen sus propias aguas termales. Sin embargo, no están al alcance de todos los bolsillos.