QUARTIER COLONIAL MATRALA

A principios del siglo XIX, el comercio con los ingleses permitió a Jacqueville alcanzar la prosperidad, principalmente gracias al comercio de aceite de palma, ya que el declive de la caza de ballenas provocó una gran demanda de aceite en Europa. Esta prosperidad se concentró esencialmente en las manos de los notables alladianos (pueblos de la laguna de Akan de la región de Jacqueville), cuyos más ricos comenzaron a construir casas permanentes de estilo europeo, importando sus muebles y materiales del Viejo Continente y confiando la educación de sus hijos a los británicos. La llegada de los franceses, que prohibieron todo comercio sobre el que no tenían control, combinada con la salida de los ingleses y el establecimiento de casas comerciales europeas, redujo el papel de los comerciantes africanos a casi nada y precipitó su pérdida. Ahora arruinados e incapaces de mantener sus grandes casas, cayeron en desuso. Hoy en día, ya no podemos hablar de ellos como restos, sino más bien como ruinas para la mayoría de ellos, por desgracia. A principios de la década de 1980, sólo quedaban partes de las paredes de algunas de estas casas. Entre ellas, la casa Adje Boni, la casa Yessoh, la casa Gbeugre Nimba - la mejor conservada de todas -, la casa Bombro Akadjé o la casa Bombro. Sin embargo, algunos de ellos están habitados por lugareños y uno de ellos ha sido rehabilitado como maquis.