INSTITUTO DE ARTES DE DETROIT
El Instituto de Arte de Detroit alberga una espectacular colección de arte americano, europeo, moderno y contemporáneo.
El DIA es una joya, un gran motivo de orgullo para los habitantes de Detroit y una visita obligada para los visitantes. Situado originalmente en la avenida Jefferson cuando se inauguró en 1885, el museo se trasladó pronto a la avenida Woodward, en un edificio diseñado por el arquitecto Paul Philippe Cret. Su estilo Beaux-Arts y su omnipresente mármol le valieron rápidamente el apodo de Templo del Arte. En las décadas de 1960 y 1970 se añadieron dos alas adicionales, y entre 1999 y 2007 se llevaron a cabo importantes renovaciones y una ampliación. Abarcando la historia del arte desde la prehistoria hasta el presente, el DIA posee una de las seis mayores colecciones de Estados Unidos, valorada en más de 8.500 millones de dólares y compuesta por más de 65.000 obras y artefactos. Además de un espacio de exposición de más de 61.000 metros cuadrados en 100 galerías, el museo cuenta con un auditorio con capacidad para 1.150 personas, una sala de conferencias/recitales con 380 asientos, una biblioteca especializada en arte y un laboratorio de servicios de conservación de última generación. El DIA alberga una espectacular colección de arte americano, europeo, moderno, contemporáneo y gráfico, así como importantes obras de arte africano, asiático, nativo americano, oceánico y musulmán, y arte antiguo. Sus encargos y adquisiciones más famosos son el autorretrato de Vincent Van Gogh, el primer cuadro del pintor que entró en una colección estadounidense, y la magnífica serie de frescos de Diego Rivera, La industria de Detroit, que ilumina el Gran Salón. La pieza central del museo, consta de 27 paneles que cubren las cuatro paredes de la sala, los dos más grandes de los cuales tienen casi 14 metros de largo y 5 metros de alto. Pintados entre 1932 y 1933 y financiados por las fábricas Ford, los frescos representan a los trabajadores de la industria del automóvil en la planta de River Rouge de la Ford Motor Company, así como los avances científicos de la época, especialmente en medicina y nuevas tecnologías. Es interesante observar que este comprometido artista dejó algunos indicios de protesta en su obra y que fue objeto de gran controversia cuando se inauguró en 1933. Sin embargo, esto no impidió que Diego Rivera considerara estos murales como su mayor logro artístico.