ABADÍA DE CHIARAVALLE
Abadía que marca la transición a la arquitectura gótica en Italia.
La abadía de Chiaravalle se encuentra inesperadamente en medio de un paisaje sin encanto, marcado en cambio por la presencia de grandes instalaciones industriales. El edificio fue construido por Bernardo de Claraval (de ahí el nombre de Chiaravalle) en 1135 y marca la transición a la arquitectura gótica en Italia. El uso del ladrillo rojo (cotto lombardo), sin embargo, revela el vínculo aún presente con el arte románico. La decoración en piedra blanca, característica del estilo cisterciense, es particularmente evidente en las columnas del campanario, contribuyendo así a su impulso vertical. Terminado en 1340, el campanario poligonal se eleva hacia el cielo y puede verse a kilómetros de distancia. El porche de la fachada es un añadido del siglo XVII. El interior de tres naves, coronado por una cúpula con frescos del siglo XIV, presenta una hermosa Virgen con el Niño (1512) pintada al fresco por Bernardino Luini, así como varios otros murales pintados por las familias Campi y Fiamminghini en los siglos XVI y XVII. Tómese su tiempo para admirar las capillas con sus hermosas decoraciones del siglo XVI. Destaca el coro de madera, tallado por Carlo Garavaglia entre 1640 y 1645. Desde la nave derecha se accede al claustro, que conserva todo el encanto del pasado. La visita guiada lleva al visitante por las distintas zonas clave del complejo monástico; el billete incluye la visita a la abadía y un suplemento añade el descubrimiento del antiguo molino agrícola y la capilla de San Bernardo.