EL VELERO DE HIERRO

A 3 km al sur del pueblo, el cadáver oxidado de un barco que encalló durante el ciclón de 1906 forma ahora parte del paisaje. Probablemente de origen español, se habría partido en dos en el momento del naufragio: la parte delantera se habría hundido a lo largo de la bajada, mientras que la parte trasera fue lanzada sobre el tablón y se extendió hacia el interior con el paso de las décadas y el mal tiempo. Cuando la familia Paumotu se trasladaba cada seis meses entre los atolones vecinos, descubrían este naufragio y encontraban un poco de todo, ¡hasta un piano!