GIRA POR LA ISLA

Puede que Uturoa sea la segunda ciudad más grande de Polinesia, ¡pero no se tarda mucho en volver a la naturaleza! Lamentablemente, el acceso al monte Tapioi y a su bello mirador sigue cerrado, pero una excursión por la isla es muy recomendable. Una carretera asfaltada de algo más de 100 km espera a los viajeros, ofreciendo magníficas vistas de la laguna y las montañas del interior. Una carretera transversal conduce a dos miradores: uno con vistas a la bahía de Faaroa, la cima del volcán Orataio y los extraños bosques de bambú; el otro con vistas a la bahía de Fetuna y el motu Nao-Nao. Se recomienda alquilar un coche para pasar el día. Si prefiere que le guíen (un guía siempre sabe mucho más y puede compartir con usted sus conocimientos y su amor por la isla), elija Trucky Tours. Al acercarse al antiguo hotel Hawaiki Nui, no deje de echar un vistazo a la ladera de la montaña: hay una magnífica vista del monte Temehani, hogar del Tiare Apetahi, una flor endémica de Raiatea.

Desde el PK 15, en la costa este, el río Faaroa fluye hacia el interior, convirtiéndose en el único río navegable de la Polinesia. Póngase en contacto con Lagon Aventure para realizar una excursión fluvial de medio día.

En elPK 17, en el corazón del cráter, hay una interesante vista del monte Tefatua. El tiempo parece detenerse mientras la naturaleza reclama sus derechos. Más adelante, el pueblo de Opoa es famoso por albergar a los descendientes de los antiguos Arii (reyes), y el famoso marae de Taputaputaea, en el PK 31, es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Polinesia y del Pacífico Sur. La magia de las ceremonias ancestrales aún parece vibrar..

Los kilómetros siguientes son quizás los más bellos. No faltan las vistas panorámicas sobre la laguna. Los caminantes pueden acceder al pan de azúcar de Faeratai, donde se han registrado no menos de 3.500 petroglifos. Una hermosa cascada sigue el curso del río; el paseo dura unos 40 minutos.

Los pueblecitos que se atraviesan después son encantadores. La costa oeste de la isla está bañada por una tranquilidad de antaño. La carretera sigue muy de cerca la laguna.

En el PK 13 de la costa oeste, el marae Tainuu no ha conservado gran parte de su encanto. Sin embargo, las losas de coral erguidas y las piedras grabadas evocan un pasado glorioso fácil de imaginar.

Finalmente se llega al paso de Miri-Miri, un placer para los surfistas avezados, en torno al PK 10, mientras una ruta de senderismo se dirige hacia el monte Temehani, una magnífica caminata que no hay que perderse. Llegamos a Tevaitoa, con su hermosa playa de arena blanca.