Qué ver y hacer Parque Nacional Marino Isla Bastimentos

Esta playa, situada entre la Rana Roja y Playa Larga, es también muy poco frecuentada, aunque es accesible a pie y con buen tiempo por mar. Lleva el nombre de Polo, que hace más de 40 años decidió escapar de la civilización y establecerse aquí. Hoy en día, es a la vez un forastero y una leyenda viva, y contribuye a hacer de esta remota playa un lugar acogedor. Hace un gran trabajo cocinando y vendiendo cerveza, pero ya no es posible dormir allí. Pregunte por las condiciones de seguridad si va a ir a pie.

Las dos pequeñas islas Cayo Zapatilla 1 y Cayo Zapatilla 2 se visitan principalmente por la vida marina que las rodea (árboles, coral duro y una gran diversidad de peces). Después de hacer snorkel, las excursiones le llevan a una de las dos islas donde puede caminar por el sendero y bañarse en las playas paradisíacas y completamente vírgenes con aguas cristalinas. La isla situada al oeste (Zapatilla Menor) es el refugio y lugar de anidación de las tortugas marinas verdes, Baula y Carey, que los científicos vienen a observar.

Nívida, la cueva de los murciélagos, es accesible desde Bahía Honda. Hay estalactitas y, como su nombre indica, murciélagos colgando del techo, así como grillos y arañas. En algunos lugares, el agua puede llegar hasta el pecho. Un lugar oscuro e inquietante, pero no peligroso. En el camino, el barco pasa por el manglar y permite ver caimanes y perezosos. Una familia ngäbe vive en las cercanías y recibe a los visitantes para un almuerzo típico y muy bueno.

A más de 3 horas a pie del pueblo de Bastimentos y a 1,5 horas de la playa de la Rana Roja, esta playa, que forma parte del Parque Nacional Marino de Bastimentos, sólo es accesible a pie para los más valientes. Un reto de 6 horas de caminata de un día es hacer un bucle desde Red Frog a Salt Creek a través de Playa Larga. Aquí se pueden tomar lanchas, pero sólo cuando el mar está en calma. Es posible acampar allí y, por supuesto, hacer surf. Las tortugas vienen a desovar por la noche entre mayo y agosto.

Se trata de una playa en el extremo de la isla, un poco más confidencial y accesible a pie desde Salt Creek, por ejemplo, para los buenos caminantes que pueden ir allí con o sin guía. Por supuesto, es posible nadar, bucear y, para los surfistas experimentados en temporada alta, montar las olas. Le acompañarán los pelícanos que dieron nombre a la playa y que disfrutan especialmente de la vida en el Caribe desde los dos promontorios rocosos que dan a la costa.