Qué ver y hacer Kew

Un jardín excepcional. Se puede pasar fácilmente un día entero visitándolo, con más de 50.000 especies de plantas vivas. Cada estación trae sus propias sorpresas y, por supuesto, es en primavera y verano cuando alcanza su máximo esplendor. Patrimonio Mundial de la Unesco desde 2003, ofrece una impresionante vuelta al mundo botánico. El palmeral permite descubrir ambientes tropicales y húmedos. El Conservatorio Princesa de Gales le lleva a descubrir zonas áridas y todo tipo de cactus y suculentas. El jardín mediterráneo presenta todas las variedades de plantas y flores del sur de Europa y del sur de Francia. La casa templada es otro invernadero, con todo tipo de plantas exóticas y tropicales. La casita de la Reina Carlota recrea un jardín ^{del siglo XVII}, en una época en que las plantas cultivadas se utilizaban principalmente por sus virtudes medicinales. El jardín de bambú, la pagoda y la casa japonesa son referencias a Asia y sus plantas exóticas. Y eso no es todo, aún quedan decenas de rincones por descubrir, un lago, un jardín de azaleas, un jardín de rododendros y una rosaleda. Al noreste del jardín, el palacio de Kew completa por todo lo alto este magnífico recorrido. Y no olvidemos la sublime Temperate House, el invernadero victoriano más grande del mundo, que reabrió sus puertas en 2018 tras 5 años de renovación.

Este palacio fue construido por Samuel Fortrey en 1631. El edificio era originalmente una casa solariega de proporciones moderadas situada frente al antiguo Palacio de los Reyes. Perteneció a la familia Levett, que la heredó del rey Jorge III. La propiedad permaneció en la familia durante mucho tiempo y fue alquilada ocasionalmente a la familia real, en particular al príncipe Federico, príncipe de Gales, que era especialmente aficionado a venir a Richmond. Jorge III fijó aquí brevemente su residencia e hizo construir un palacio gótico. El nuevo palacio aún no estaba listo en 1810 y la locura del Rey le obligó a retirarse de la vida pública y abandonar el palacio. A su sucesor no le gustó el diseño del nuevo palacio e hizo desmantelar y destruir parte del proyecto, llevándose, por ejemplo, la escalera al palacio de Buckingham. La esposa de Jorge III, la reina Carlota, murió en Kew en 1818. La reina Victoria, al acceder al trono, cedió la mayor parte de los jardines a la nación, conservando únicamente un pequeño pabellón de verano para su uso personal. El edificio fue restaurado y reabierto en 2006 para celebrar el 80 cumpleaños de la Reina Isabel II. La historia del edificio puede remontarse al interior del palacio, que puede visitarse. Visite las cocinas reales, inalteradas desde hace 200 años, y descubra los secretos culinarios y los hábitos alimentarios de las cabezas coronadas de los siglos ^XVIII y ^XIX... Una delicia en el corazón de los sublimes Jardines de Kew. En abril de 2020 se conmemoró aquí el tricentenario de la muerte de Jorge III.