2024

KEK LOK SI TEMPLE

Edificios religiosos
4.5/5
2 opiniones

El Monasterio de la Suprema Dicha, habitado por monjes y monjas, está considerado el mayor del sudeste asiático. La enorme estatua de Kuan Yin que lo domina desde lo alto de la colina lo hace fácil de divisar. La construcción, terminada en 1890, fue obra de un monje chino nativo que se inspiró en los monasterios de su región natal, añadiendo al mismo tiempo elementos birmanos y tailandeses. El proyecto tardó más de veinte años en completarse. Pasadas las inevitables tiendas de recuerdos, se llega a un decepcionante patio con una pagoda en miniatura y un Buda de cartón piedra. Más adelante hay un santuario con una gran estatua de Buda de estilo Chieng Sen ( siglo XIII) del norte de Tailandia en el centro.

La Sala de los Bodhisattvas: son budas que han renunciado al nirvana para permanecer cerca de los humanos y ayudarles respondiendo a sus plegarias. Se les considera santos. La esvástica que llevan en el pecho es un símbolo muy antiguo de la India. Representa la profundidad de la fe, la longevidad y la fuerza.

La Sala de los Cuatro Reyes Celestiales: a ambos lados de la sala, estos reyes flanquean al Buda riente Maitreya, conocido aquí como Bee Lay Hood. Se supone que los Cuatro Reyes custodian los vientos y las puertas del cielo en los cuatro puntos cardinales. Aplastan bajo sus pies al borracho, al drogadicto, al jugador y a la prostituta para quienes el cielo está prohibido. El más asombroso es el rey celestial que toca el laúd mientras pisotea a su víctima.

La Sala del Buda: está rodeado por sus dos discípulos favoritos y otros que formaron parte de sus primeros alumnos (conocidos como los Lohan). Kuan Yin también está a la izquierda. La decoración, dominada principalmente por sobrios amarillos, verdes y rojos, es extremadamente rica. El santuario también está muy bien cuidado.

La Pagoda del Millón de Budas Preciosos: su nombre está inscrito en el frontispicio del edificio. De 30 m de altura, sus siete pisos alternan los estilos chino, birmano y, en la parte superior, tailandés. Una monja cerbero centenaria vigila la entrada y se asegura de que se pague la entrada. Después hay que agotarse subiendo hasta la cima de la colina... desde donde la vista del pueblo de Ayer Itam y las colinas es poco destacable.

Una vez abajo, se puede degustar la cocina vegetariana del restaurante situado bajo la galería comercial de la entrada. Esta larga visita, por lo general muy apreciada, lleva cierto tiempo y requiere un reconfortante descanso.

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