Guía de viaje Oujeft

Si se quiere hacer un magnífico bucle, lejos de los caminos trillados, el que pasa por Oujeft es una pepita, para hacer en 4x4 con un conductor que conozca perfectamente la región.Oujeft, aunque no tan antigua como las ciudades históricas de Mauritania, se creó sin embargo en el siglo XVIII. Por su situación geográfica, la ciudad desempeñó un papel estratégico durante la colonización francesa. Alejada de las principales rutas de penetración utilizadas habitualmente por los franceses y protegida por las estribaciones del macizo del Adrar, Oujeft fue utilizada a menudo como base de retaguardia por los que se rebelaron contra el dominio francés. Desde aquí partió en 1905 un ataque en dirección a Tidjikja, durante el cual fue asesinado Xavier Coppolani. En la actualidad, Oujeft es un pueblo grande y tranquilo donde reina la calma. En un radio de unos cincuenta kilómetros alrededor de Oujeft, hay muchos oasis que merecen una visita. Los de Berbâra y Toungad merecen una parada por la tranquilidad y serenidad que desprenden, lejos del tumulto de ciertos lugares masificados. Mención especial para el oasis de El-Hnouk: en efecto, es como si estuviera incrustado entre dos acantilados, como una joya en su estuche.No lejos del oasis de El-Hnouk se encuentra el lago Leglatt, inconcebible y en total contradicción con la idea que los neófitos pueden tener de un Sáhara seco y árido donde la vida está ausente. Otros nichos de vida en este desierto son Tintâne, Agmeimîne y Echaîla.